Ed. Seix Barral, 1985. 200 pág.
Barcelona, alrededores
De la familia de escritores Goytisolo, Luís siempre ha sido mi preferido. Si Cristina ha leído hasta nueve veces ‘Tormenta de verano’ de Hortelano, el libro que más veces he leído yo sin considerarlo una obra maestra es ‘Estatua con palomas’. Su lectura me relaja. Ha pasado tanto tiempo desde que lo leí que tengo que volver a hojearlo para hacer esta reseña.
El libro tiene una estructura peculiar. Siete capítulos que configuran cada uno un cuento con identidad propia. La unidad viene dada por una casa en las afueras: La Mata. En el capítulo primero, Víctor se instala en esta segunda residencia, sin quedar claro los motivos de su venida, ni porque no está con su mujer. En el segundo, los ancianos Augusto y Magdalena cuidan de Bernardo, que tendrá que soportar el ambiente enrarecido de odio que reina en la casa. En el tercer capítulo, un joven Víctor se encuentra durante una noche de juerga con su amigo Nacho a Ciriaco, un limpiabotas del que fue alférez en la guerra y que se les pegará como una lapa. En el siguiente, Domingo y Amelia, otra pareja de ancianos, sobreviven como pueden después de perder su trabajo en la finca. En el quinto Mingo Cabot, un recién llegado al pueblo para hacerse cargo de la masía de la viuda, reñirá con su hija por su relación con Tonio. El sexto nos contará más de la historia de Bernardo. Y en el séptimo Alvarito, el hijo del médico, nos dará el último pedazo de la novela.
Cada capítulo nos cuenta un aspecto diferente de la misma novela. Diferente en el tiempo y en el espacio, en el protagonismo y en el argumento. La falta de orden cronológico no impide que al final el lector disponga de todos los datos necesarios para construir la novela. Aunque cada cuento concluye, la estructura general es abierta y no sabemos el fin de los protagonistas. Tampoco hace falta, ya que al llegar al final todavía nos danzan las imágenes de este caleidoscópico libro que terminan de fijarse en el recuerdo. Hagan la prueba.
(Un día, un libro 78/365)
Escuchando: ‘Atrapados en azul’, Ismael Serrano
9 comentarios
Me gustó también mucho Estatua con palomas, pero en especial me gusta Escalera hacia el cielo, quizá por ser comedia, la comedia me encanta. Sus ensayos también son muy buenos, hace unas semanas leimos con los estudiantes El porvenir de la palabra. En una entrevista que le hicieron dijo algo que me encantó: «Literatura y poder deben ir separados siempre», estoy totalmente de acuerdo.
Un beso, Palimp.
Había oido hablar del libro, pero tu recomendación casi me obliga a su lectura. En cuando caiga el volumen entre mis manos.
Escalera hacia el cielo lo llevo buscando hace años y nunca lo he conseguido encontrar… a ver si tengo suerte!!!
hola soy fatima de argelia, soy estudiante de magister en la universidad de oran.
estoy leendo la obra del gran novelista luis goytisolo Las Afueras y me gutaria recibir informaciones sobre el.
gracias.
La literatura hermana a los pueblos, y todods tenemos una historia para contar, solo hay que atreverce, mi trabajo es el hijo del carretillero, una historia de mi gente , mi promocion, luisadolfoduartereina.blogspot.com vicitalo y deja tu comentario gracias.
Ahora que lo recuerdo, mi obra tambien se halla resumida en shvoong, bajo el seudonimo «el herrero», con su titulo el hijo del carretillero, sus subtitulos el fenix real y las tres mujeres solas, a quien se interese le garantiso que no se arrepentira
Hola de nuevo, saludos desde bogota colombia, encantado de poder comunicarmis impreciones, y desde luego muy interesado en que conoscan mi obra, el hijo del carretillero, en http://www.lulu.com. mi blog promocional luisadolfoduartereina.blogspot.com
Comence a leer «Las Afueras» hace muchísimos años, y recuerdo que fuí incapaz de proseguir la lectura después de terminar el primer capítulo. Me parecio tan perfecto, que creí imposible que el resto de la novela (¿libro de cuentos?) pudiera superar aquel final. No sabía entonces que la estructura del libro era un conjunto de cuentos que al final terminaban por componer el sentido de una novela.
Algunos años después, en 1.981, la ediorial Alfaguara publicó por primera vez en España las cuatro novelas que componían «Antagonía»; me enfrasqué en su lectura durante más de seis meses. El deslumbramiento fue absoluto. El descubrimiento de una ficción literaría (¿novelística?) que era capaz de aunar la reflexión sobre el proceso de escritura y lectura, el «recuento» de una vida que poco a poco va deslizándose hacía la creación literaría, entremezclada con la historía reciente de la España franquista, la multiplicidad de posiciones y puntos de vista, la integración de reflexiones sobre los temas más diversos: pintura (Velázquez, sobre todo), los planos de la ciudad ideal como organizadora de la propia narración según va gestándose, las refrencias a la Comedia de Dante, la historia de Barcelona y el nacionalismo catalán, la puesta en contacto de la visión del paraíso socialista y la iconografía de la Sagrada Familia, la organización númerica de cada una de las cuatro partes, el sentido del humor que suponía poner al descubierto el propio estilo retórico, en el mejor sentido de la palabra, en el que la propia novela estaba escrita…. etc., etc., etc.
Todavía, tantisímos años después, conservo la vívida impresión de aquellos seis meses. Desde entonces casí todas las lecturas siempre se miden, aunque sea de manera inconsciente, con el prodigio titánico del que había sido testigo.
Continué leyendo el resto de la obra de Luis Goytisolo según iba publicándose, pero siempre con la impresión de que lo que acababa de leer no lograba superar aquel primer deslumbramiento. Por otra parte me parecía absolutamente normal, era imposible que alguién que había escrito aquel monumento, que se había vaciado de aquel modo, tuviera dentro algo más que ofrecernos.
Sorprendentemente volví a encontrar otra vez al autor que tanto me sedujo en mi juventud… Las últimas novelas, desde «Diario de 360º», aunque de menor amplitud, recupera aquel aliento abarcador, que es capaz de encarnar en palabras un mundo, que sólo existe en cuanto construcción lingüística, por más que incluyera siempre reflejos de la vida, llamémosla real.
Recomiendo a todos la lectura de «Antagonía», a pesar de sus cerca de 1.500 páginas. Según mi opinión sigue siendo una de las cumbres de la literatura del siglo XX -no sólo en castellano- equiparable a los logros de Proust, Joyce, Mussil, o Lawrence Durrel, por citar algunas de las obras señeras de la pasada centuria.
(Por cierto, llevo años esperando la edición anotada, por uno de los mayores conocedores de la obra de Luis Goytisolo, que anunció, más de un lustro atrás, la editorial Cátedra, en su colección Letras Hispánicas; espero que llegue pronto, para poder volver a disfrutar otra vez de esta más que espléndida novela).
Un saludo a todos
Me apunto la recomendación de Antagonía. Tengo Antagonía, pero sólo el primer volumen. Cuando encuentre el segundo encabezará mi lista.