Lumen Tenía muchas ganas de leer estas memorias de Patti Smith, que abarcan los años en los que convivió con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, cuando todavía ninguno de los dos eran artistas de fama mundial, y ni siquiera habían encontrado su camino. Robert era pintor -todavía no había empezado con las fotografías- y Patti era poeta. En el libro nos cuenta cómo era la vida en el famoso Hotel Chelsea, su relación con el mundillo de entonces, cómo se introdujo en el mundo de la música, sus amores y las fascinantes historias de un mundo que estaba en plena ebullición. Uno disfruta con esa perspectiva privilegiada y sufre con las penalidades de estos dos jóvenes artistas. La muerte de Robert, al final del libro, se narra con una ternura que te emociona vivamente. Como defecto, el estilo. Me sorprende que una escritora como Patti tenga este estilo tan deslavazado, que se me hacía costoso de seguir. Puede ser un problema de la traducción quizás. Lo que está claro -y por otro lado se agradece- que no se ha utilizado a un negro literario para pasar a limpio recuerdos. Pese a esto, muy recomendable. Otra reseña: Éramos unos niños Hacía calor…