Candaya. ¿Qué hago leyendo este libro si Autopsia no me gustó nada? Hay que dar segundas oportunidades, y además el autor tiene cara de buena persona. Un libro de relatos que incluye los siguientes: Órbita Perspectivas Shaman’s Blues Y sólo del amor queda el veneno Estrategia del aplauso Y así sucesivamente Cuerpo y alma Zaragoza, a 8 de noviembre de 2002 (Segundo Premio) Ultimas señales Me ha gustado más que la novela aunque no me acaba de gustar -que ya sabemos que los gustos son relativos. Incluye un prólogo extremadamente elogioso de mi admirado Vilas que lo compara con la genereación nocilla y los grandes (Cortázar, Bolaño) en lo que viene siendo el equívoco habitual de las solapas- No pongan el listón tan alto que luego vienen las decepciones. No, Miguel Serrano no es Cortázar, aunque el cuento Estrategia del aplauso tenga su estilo. Tampoco es un nocillero o un mutante. Por suerte. En general está bien escrito y hay cuentos bastante buenos (el antedicho Estrategia del aplauso, dos amigos trolls que se divierten epatando, Shaman’s Blues, historia de una cuadrilla de amigos y sus incorporaciones -que si no me equivoco vuelve a aparecer en Autopsia). Pero sigo pensando que…
Candaya, 2013. 400 páginas. Mal, muy mal. Nos empeñamos en exagerar las virtudes de los libros para venderlos y luego, cuando no están a la altura, nos parecen peor de lo que son. En la contraportada se afirma sin rubor que es el heredero de la chupa de Bolaño. Pues va a ser que no. El protagonista del libro se llama como el autor, vive en Zaragoza como el autor y ha escrito los mismos libros que el autor, pero según afirma en una entrevista no es el autor. Narra vivencias de su niñez y juventud, que giran principalmente alrededor de unos pocos ejes. Una paliza que le dieron unos skins y a partir de la cual escribió un poema por el que le premiaron. La culpabilidad por lo que le hizo a una niña en el colegio. La figura de Hans Cartop, un dj famoso que salía en crónicas marcianas y que lo admite en su círculo de amigos. Poco más. El resto, hasta completar las 400 páginas del libro, es barroquismo verbal y no del mejor (tampoco del malo insoportable, pero sí algo cansino). Me he reconocido en algunas anécdotas cotidianas pero ¿para qué contarlas si no tienen…