Visor, 2009. Trad. José Luis Reina Palazón. 168 páginas. Escuché hablar de Tsvietáieva en una conferencia de la fundación March. Tuvo una vida bastante terrible, en los convulsos años de la revolución rusa, y acabó quitándose la vida en 1941. Esta es una antología de 100 de sus poemas. Y me sabe mal decirlo pero ninguno de ellos me ha despertado el más mínimo interés. Culpa mía, por supuesto, pero no nos hemos encontrado. Me ha parecido más interesante el apartado biográfico y crítico del libro que los propios poemas. Aquí encontrarán una crítica decente: La voz de Tsvietáieva A LA ABUELA Óvalo duro y alargado, De negro encaje vestida… ¡joven abuela! – ¿Quién ha besado vuestra boca altiva? Cuando valses de Chopin tocaras con tus manos en estancias reales… Como de hielo parte de la cara los bucles parecían espirales. Ojos de la defensa pendientes. Así no miran las jóvenes mujeres. Ojos oscuros, fijos, exigentes. Joven abuela, dime: ¿quién eres? ¿Cuántas posibilidades te llevaste al fin e imposibilidades – cuántas eran? -al hoyo insaciable sin fin, polaca veintiañera. El tiempo despejado, inocente era el día, las estrellas se apagaron en la oscuridad. – ¡Abuela! esta intensa rebeldía en mi…