Se veía venir. Parece que el consenso entre PSOE y PP sacará la famosa ley Sinde adelante. Una ley, recordemos, impuesta por la industria de Estados Unidos. La red está llena de textos, casi siempre críticos -y los que no lo son andan un poco confundidos. Hay mucha demagogia, mucho ruido y mucha caricaturización entre bandos. Ni los internautas son una banda de piratas que lo quieren todo gratis ni los creadores son como Alejandro Sanz, forrados hasta las cejas y comparándose con los niños africanos. Lo confieso: yo, como casi todo el mundo, descargo cosas. Cada vez menos, porque prácticamente todo lo que me interesa es gratis. Porque en este mundo en el que vivimos hay pocas cosas que podemos conseguir sin pagar, y una de ellas es la cultura. Bibliotecas, libros libres de derechos, televisiones que ponen películas con publicidad pero que no pagamos, radios -ahora casi todas con podcast que te puedes bajar y escuchar cuando quieras- y multitud de recursos (wikipedia, Fundación March, Ted Talks, miles de bitácoras con buen contenido…). No solo la cultura, sino el entretenimiento -que es realmente lo que se reclama- puede conseguirse gratis. Por eso considero que no es ético descargarse…