Ensayo periodístico que mete leña a los periodistas por aprovecharse, siempre, de la ingenuidad de los entrevistados. La autora se centra en un juicio por difamación que Jeffrey MacDonald, que había sido condenado por el asesinato de su esposa embarazada y sus dos hijas tuvo contra Joe McGinniss, el periodista que había escrito un libro basándose en el proceso. Uno imaginaría que, teniendo de un lado a un asesino convicto de un crimen brutal, y en el otro un periodista protegido por un contrato y la libertad de expresión el sentir del jurado se inclinaría por el segundo. Pero lo que pasó fue lo contrario, y el periodista y su editorial llegaron a un acuerdo para indemnizar al primero. La autora cuenta los entresijos del caso y nos explica el por qué ocurrió esto. Mientras McGinniss se decía amigo de MacDonald mientras transcurría el juicio e incluso después de condenado y encarcelado, y defendía frente a él su inocencia, el libro que estaba escribiendo lo presentaba como un asesino despiadado y psicópata. Expuestos los hechos mi opinión, como la de un jurado externo que no tiene ningún dato y se basa sólo en apariencias, va en contra de todos los…