Hidra, 2017. 404 páginas. Tit. or. Borne. Trad. Jaime Valero Martínez. En un mundo en descomposición, donde un extraño monstruo parecido a un oso es una amenaza constante y todo tipo de seres extraños como salidos de una pesadilla pululan por el ambiente, Rachel descubre una especie de planta que lleva a su guarida. Le pone de nombre Borne y resultará ser mucho más de lo que se imaginaba. Vandermeer confirma en esta novela su capacidad para crear mundos totalmente alucinantes pero consistentes. Fauna y flora de un ambiente más allá de lo postapocalíptico, un ecosistema totalmente extravagante donde la trama es lo secundario, aunque esconda giros de guión bastante inteligentes. En la contraportada anuncian adaptación a película pero no parece que haya llegado a buen puerto, y es una pena, porque con unos buenos efectos especiales tiene que ser algo digno de verse. Bueno. No hay otra manera de decirlo: Wick, mi pareja y amante, era un traficante de drogas, y la droga que distribuía era tan terrible y tan hermosa, tan triste y tan dulce, como la vida misma. Los escarabajos que Wick modificaba, o que fabricaba a partir de los materiales que había robado de la Compañía,…
Editorial Hidra, 2015. 214 páginas. Ciencia ficción disfrazada de fantasía al servicio de una aventura muy adecuada para pequeños lectores. Otras reseñas: La búsqueda del grifonicornio y La búsqueda del grifonicornio. Muy recomendable. —Pero… —intervine—. Si nadie sabe cómo son, ¿por qué están seguros de que existen? —Hay muchas formas de llegar a conocer algo. El basilisco deja tras de sí multitud de huellas. Precisamente, la pista que estoy siguiendo es la típica en estos casos. Mira —dijo, revolviendo en una de sus bolsas— esto me lo envió un colega de Rogón, que sabía de mi interés por el tema. Los encontraron en el valle de Norac, hace dos meses. Mandialix extrajo unas piedras de su zurrón y me las tendió. Alargué las manos y las cogí. Eran tres. La mayor tenía la forma de una cáscara de caracol. Por los alrededores de Sarode no los había de tan grandes, pero quién sabía lo que podía criarse en la lejana Rogón. La piedra mediana tenía también la forma de un caparazón, pero nunca había visto uno parecido. Era alargado y estrecho, enrollado en espiral. Tal vez fuera en realidad un cuerno, como los de las cabras, aunque tampoco supe reconocer…