Acantilado, 2002. 80 páginas. Tit. Or. Sylvie. Trad. Luis María Todó. Novela de amores perdidos, donde el protagonista evoca desde París como su corazón se debatía entre dos muchachas. Sucesivas vueltas al pueblo le permiten, a la vez, evocar los tiempos pasados y reencontrarse con los tiempo presentes. Escrito con una prosa delicada y poética, con una estructura narrativa bastante moderna y libre, deja muy buen sabor de boca. No me ha dejado trastornado como a Eco y a Proust pero me ha gustado mucho. Otra reseña: Sylvie Recomendable. — ¡Mira quién está ahí, el parisino!—me dijo el tío Dodu—. ¿Vienes a pervertir a nuestras jóvenes? —¿Yo, tío Dodu? —¿Las llevas al bosque cuando el lobo no está? —Tío Dodu, usted sí que es un lobo. —Lo fui mientras encontré ovejas; ahora sólo encuentro cabras, ¡y que saben defenderse muy bien! Pero vosotros los de París sois muy tunos. Jean-Jacques tenía mucha razón cuando decía: «El hombre se corrompe en el aire emponzoñado de las ciudades.» —Tío Dodu, usted sabe muy bien que el hombre se corrompe en todas partes. El Tío Dodu empezó a entonar una canción de taberna; en vano quisieron detenerle cuando llegó a una estrofa escabrosa…