Caballo de Troya, 2018. 208 páginas. Autoficción en la que la autora narra su vida y sus viajes mientras su madre está enferma de cáncer y la sombra de la culpa la acompaña en sus desplazamientos. Lo primero destacable es la calidad de la prosa de algunas de sus páginas, brillantes, desgarradoras. Cuando esa calidad se usa para contar algo que es triste y es verdad, te conmueve sin reservas. No todo el texto tiene la misma altura -algo que sería difícil- pero he disfrutado muchísimo de su lectura. Me lo recomendaron aquí: Madre mía, donde encontrarán una reseña mejor. Muy recomendable. Me fue a buscar a mi hotel, lo hice pasar a la habitación. A los pocos minutos de haber subido nos golpearon la puerta. Era el chico de la recepción. Que no se permitían hombres en la habitación de una mujer sola. Comenzaron los gritos. No me parecía necesario. Dejaron de discutir en inglés y empezaron a hacerlo en hindi. Los eché a los dos de mi habitación. Bajé a los pocos minutos y seguían discutiendo en la recepción. Le dije a mi amigo que se tranquilizara, que no me gustaba verlo así ni me parecía la agresión…