A estlibol, 2013. 190 páginas. En los márgenes de la industria editorial más conocida se encuentran, de vez en cuando, hermosas flores. Libros de calidad que nada tienen que envidiar a los reseñados en suplementos literarios. Literatura con mayúsculas escondida en el arrabal. Es el caso de este libro, una joya trufada de recursos metaliterarios y que deja un sabor de boca excelente. Supuestamente es la obra de un negro literario encargada por uno de los personajes, pero las historias se van mezclando hasta llegar a un final apoteósico digno del mejor Aira (no del malo). Por desgracia no hay ninguna referencia en la red, pero pueden comprarlo y leerlo aquí: Del sol y las gallinas. Merece la pena. El buzón del piso de Erinias estaba lleno; colgaban cartas y folletos publicitarios de la ranura, incrustados de cualquier manera. A Alejandro se le ocurrió comparar el buzón con un tren indio, de la India, repleto hasta la bandera y con pasajeros colgando de las puertas y de las ventanas. El nombre del inquilino estaba grabado en una plaquita plateada: Don Eduardo Espuela Espinosa. Así que no se llama Erinias, claro, es un mote. Y el perro… Pensó en subir al…