Rachel P. Maines. La tecnología del orgasmo.

octubre 20, 2023

Rachel P Maines, La tecnología del orgasmo
MIlrazones, 2010. 204 páginas.
Tit. Or. The technology of orgasm. Trad. Jesús Ortiz Pérez.

A medio camino entre la historia de los artefactos ideados por la humanidad para conseguir el orgasmo femenino (lo que incluye diferentes tipos de consoladores, vibradores, etcétera) y la ceguera masculina ante la evidencia de que, si los hombres tienen orgasmos, las mujeres deberían tenerlos también (y era aconsejable que los tuvieran).

Baste para decir como está el tema que los masajes clitoridianos usados para calmar la histeria en las mujeres ni siquiera se consideraban sexuales. Como no había penetración… Vamos que ahora que el satisfier está de moda se puede decir que hemos avanzado muchísimo.

Bueno.

La histeria aparece por primera vez en los escritos médicos en Egipto dos mil años antes de nuestra era, pero no fue hasta la época de Hipócrates, en el siglo v a. C, cuando empezó a tomar forma la definición clínica occidental de la enfermedad. En el cor-pus hipocrático, la histeria es una enfermedad del útero, tratable con ejercicio y masaje.8 Es muy conocida la referencia de Platón a la histeria como una enfermedad causada por el útero, «un animal dentro de un animal». En la época de Celso y Sorano, en el siglo i d. C, el ejercicio, normalmente pasivo, y el masaje genital eran tratamientos estándar de la histeria.9 Sorano defendía que se manipularan las ingles y el área púbica: «Humedecemos esas partes liberalmente con aceite dulce, y lo dejamos así un rato». Sugería baños y balanceos de hamaca como terapia añadida para casos crónicos.10 Areteo de Capadocia escribe un siglo más tarde sobre las causas del trastorno, afirmando que «las mujeres… resultan afectadas de la manía por deseo del sistema de purgarse, cuando el útero ha llegado a su desarrollo completo»:11 Celio Aureliano en el siglo m d. C. recapitula las sintomatologías de Hipócrates, Sorano y Areteo.


Se pensaba que el matrimonio y el coito curaban muchos casos. Cuando se diagnosticaba histeria, «si ella está casada anímesela a copular, y que su marido se encuentre vigorosamente con ella, porque no hay remedio mejor que este». Si el remedio no estaba al alcance «que la matrona se unte el dedo con oleum nardi-num o de mosqueta y lino, o de clavo, o de espigas mezcladas con almizcle, ámbar gris, civeta* y otros polvos dulces, y con eso que frote o haga cosquillas al borde del cuello del útero que toca el orificio interior».
Audrey Eccles cita a Riverius (Lazare Riviére, 1589-1655) así:
El Furor Uterino es una especie de locura, que proviene de un deseo vehemente y desbocado de Abrazo Carnal, el cual deseo desbanca la Facultad Racional hasta el punto de que la paciente profiere discursos licenciosos y lascivos… [aunque afecta sobre todo a vírgenes y viudas jóvenes] también puede sucederle a mujeres casadas que tienen Maridos impotentes, o a quienes no quieren mucho, por lo que sus vasos seminales no están suficientemente descargados… [si el matrimonio no lo arregla] algunos aconsejan que las Partes Genitales se manipulen y froten por una Matrona ingeniosa, de modo que cause una Evacuación del Esperma sobreabundante.25


[…]síntomas somáticos derivados de su práctica: ojos hundidos con bolsas negras debajo, palidez, debilidad general y un montón de síntomas sexuales que según el médico N. Cooke culminaban finalmente en un fallo sistémico masivo y espasmódico, una especie de muerte por orgasmo. Acerca de la masturbación femenina, Cooke exclama «¡Que tal expresión sea posible!» y afirma que su práctica es la causa principal de ninfomanía.34 Muchos médicos del siglo xix pensaban que las máquinas de coser, especialmente las de dos pedales, eran la causa o el medio de masturbación en las mujeres, una preocupación que también expresaron sobre la bicicleta.35 Según Krafft-Ebing, el escritor francés A. Coffignon pensaba que el poder de las máquinas de coser era tan grande que podían convertir en lesbianas a mujeres heterosexuales por «exceso de trabajo» en ellas.36 Thomas Low Nichols consideraba la masturbación como una fuente importante de complicaciones en el embarazo.37

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