Lisa Randall. La materia oscura y los dinosaurios.

febrero 21, 2025

Lisa Randall, La materia oscura y los dinosaurios
Acantilado, 2016. 500 páginas.
Tit. or. Dark matter and the dinosaurs. Trad. José Javier García Sanz.

La materia oscura es un enigma que, de momento, no tiene solución. Pero aunque no sepamos muy bien de qué está compuesta, sí que sabemos algunas cosas, entre ellas su posible distribución. La autora de este libro y sus colaboradores tienen una teoría de cómo está distribuida en la galaxia y, de manera sorprendente, la ponen en relación con las colisiones que ha sufrido la tierra.

Esto se expone en el último capítulo. El resto el libro se dedica a explicarnos qué es la materia oscura, que son las extinciones, como hemos podido averiguar los impactos que ha sufrido la tierra y muchas otras cosas que son bastante interesantes.

Porque la teoría que da pie al libro (que se comenta con detalle aquí: Materia oscura y extinciones masivas) se desmontó unos años más tarde: Los datos de Gaia descartan un disco de materia oscura. Pero como libro de divulgación no está mal.

Está bien.

Los únicos mayores de io kilómetros son Amors, que actualmente no cruzan nuestra trayectoria. Sin embargo, hay un buen número de Apolos mayores de 5 kilómetros, ciertamente bastante grandes para hacer mucho daño si se probara que su trayectoria no es fortuita. El nea más grande, con 32 kilómetros, es Ganymed, que es el nombre alemán del príncipe troyano a quien los ingleses llaman Ganímedes. Ganímedes, una de las lunas de Júpiter, es un objeto totalmente diferente pero también el vencedor en una competición de tamaños, pues es la luna más grande del sistema solar.
Los nea constituyen otra área de investigación que ha florecido en los últimos cincuenta años. Antes nadie se tomaba muy en serio la idea de impactos. Ahora personas en todo el globo han empezado a catalogar y seguir nea donde quiera que sea posible. Incluso en mi reciente visita a las islas Canarias, donde visité el telescopio de Tenerife, encontré al director con una decena de estudiantes que estaban examinando datos para tratar de localizarlos. El pequeño y viejo telescopio que hay allí no está muy actualizado, pero me impresionó ver a los estudiantes motivados y su conocimiento de los métodos utilizados para buscar asteroides.
Los telescopios más avanzados de hoy buscan asteroides mediante el uso de dispositivos de carga acoplada que emplean semiconductores para convertir fotones en electrones cargados que dejan señales que determinan con precisión dónde han incidido los fotones. Los sistemas de lectura automática han ayudado también a aumentar la tasa de descubrimientos. La página web del Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional del Centro Harvard Smithsoniano para Astrofísica, http://www.minorplanetcenter.net/, informa de los números más recientes de planetas menores, cometas y aproximaciones cercanas que se han encontrado.
Por razones obvias, las órbitas que están cercanas a la de la Tierra reciben la mayor atención. Estados Unidos y la Unión Europea colaboran en una exploración de éstos en un proyecto llamado Spaceguard, nombre acuñado en referencia a la novela de ciencia ficción Cita con Rama de Arthur C. Clarke. La tarea del primer programa Spaceguard se determinó en un informe del Congreso de Estados Unidos en 19 9 2 que llevó a un mandato para clasificar en menos de una década la mayoría de objetos próximos a la Tierra mayores de un kilómetro. Un kilómetro es grande, más grande que el objeto más pequeño con potencial para hacer daño, pero se escogió porque objetos del tamaño de un kilómetro son más fáciles de encontrar y son suficientemente grandes para causar daños de alcance mundial. Afortunadamente, la mayoría de los objetos de tamaño kilométrico que conocemos orbitan entre Marte y Júpiter en el cinturón de asteroides. Mientras no cambien de órbita para convertirse en neo, no son una amenaza.
Mediante un uso cuidadoso de observaciones, órbitas proyectadas y simulaciones por ordenador, los astrónomos lograron el objetivo de Spaceguard de identificar la mayoría de los neo de tamaño kilométrico en 2009, casi cumpliendo el calendario previsto. Los hallazgos actuales sugieren que existen unos 940 asteroides próximos a la Tierra de un kilómetro o más de tamaño. Un comité convocado por la Academia Nacional de Ciencias determinó que incluso teniendo en cuenta las incertidumbres, este número es muy aproximado y se espera que el número total sea menor que 1100. Estas búsquedas también han ayudado a identificar unos 100 000 asteroides y aproximadamente ioooonea más pequeños de un kilómetro.

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