El veí de dalt, además de publicar libros divertidísimos y de mantener una bitácora de calidad tiene también la fiebre de organizar eventos. Cuando todo el mundo se llena la boca con la web 2.0 y demás zarandajas hay personas que en vez de hablar actúan y orquestan creaciones literarias colaborativas de nivel.

Estoy hablando de las Històries veïnals, escritura de historias a cuatro manos bajo la batuta del veí. En cada edición el punto de partida es diferente; en este caso la condición es que todas las historias comenzarían igual:

La noche caía lentamente con su manto húmedo sobre la ciudad. La lluvia de las últimas horas había dejado una atmósfera límpida y fresca. Para muchos, era la hora de recluirse en su guarida. Otros aprovecharían para salir de ella. Las calles, los bares, los espectáculos, el metro, el autobús; por doquier era un cruce de vidas inconexas. La noche hacía renacer un paisaje cada vez diferente, sorprendente, imprevisible. En algún rincón alguien descolgaba un auricular. Más lejos, alguien arrancaba un coche. Alguien más se miraba una nota, nervioso. Y alguien más lejos todavía, pedía fuego a un transeúnte… La noche haría más evidente las inquietudes de todos, y quizás, sus coincidencias…

A partir de ahí se tenía que escribir la continuación hasta que se considerase el momento de pasar la historia al siguiente de la lista que haría lo mismo hasta llegar al final. El resultado es un buen número de historias muy diferentes pese a empezar igual. Todas pueden leerse en su bitácora: Històries veïnals.

Un servidor también participó y éste fue el resultado:

Buffy la cazavampiros

Les invito a adivinar cual es mi parte.

Paralelamente se fue construyendo un cadáver exquisito en el que cada participante sólo conocía el verso anterior. El resultado es impresionante:

El cadáver exquisito por fin ha resucitado

Disfruten de su lectura.