Antonio Buero Vallejo. Un soñador para un Pueblo.

marzo 21, 2012

Antonio Buero Vallejo, Un Soñador para un Pueblo
Vicens Vives, 1987. 168 páginas.

Me gusta el teatro de Buero Vallejo, pero siempre le he racaneado el calificativo de grande que pueda tener un Lorca o un Valle-Inclán (o incluso en estos tiempos un Sanchís Sinisterra). Pero después de leer algunas obras de Miller lo reconsidero: vale tanto o más que él y goza de menor fama.

En esta obra el protagonista es Esquilache, reformador frustrado por la oposición de un pueblo que no está por la labor de dejarse modernizar.

Buero aprovecha el momento histórico para reflexionar sobre temas que siguen siendo actuales en este país -por desgracia. La edición que tengo está orientada al uso en el aula y las pocas reseñas que he encontrado (como ésta: Un soñador para un pueblo) inciden en el aspecto escolar. Parace ser que cierto tipo de obras sólo se leen en la escuela. Una gran pena.

Aquí otra buena reseña: Un soñador para un Pueblo

Calificación: Muy bueno.

Un día, un libro (203/365)

Extracto:
Esquilache. Celebro verte, Zenón. Supongo que no te habré
hecho esperar. Ensenada. Has sido puntual, como siempre.
(El Mayordomo recoge la capa.)
Esquilache. ¿Mucha gente en la antecámara?
Mayordomo. Seis personas, excelencia.
Esquilache. ¿Don Francisco Sabatini entre ellas?
Mayordomo. No, excelencia.
Esquilache. ¿Te apetece un chocolate, Zenón?
Ensenada. Gracias. Lo tomé ya.
Esquilache. A mí, sí. El viaje me ha despertado el apetito. (Al Mayordomo.) Avise en la cocina que me lo traigan. Súbito (Lo despide con un gesto. El Mayordomo se inclina y sale, cerrando.) Campos, ¿quiere dejarnos solos?
Ensenada. De ningún modo. Despacha antes tus asuntos. Yo estoy acostumbrado a esperar…
Esquilache. (Le lanza una rápida ojeada.) Como prefieras. ¡Pero toma asiento, hombre!
Ensenada. (Se sienta.) Gracias.
Esquilache. (Va a la mesa.) La firma. (Se sienta. Campos abre una carpeta, moja la pluma y se la ofrece. Después va recogiendo los documentos y rodándolos con la salvadera a medida que Esquilache los firma.) ¿Has visto la maqueta? Este Sabatini es admirable. El secreto del buen gobierno son los buenos colaboradores. Pero no siempre se encuentran y hay que hacerlos… El mes pasado he concedido quince becas más. Jóvenes estudiantes de matemáticas, de botánica… Si Dios nos ayuda, a la vuelta de unos años el país tendrá gente apta para todo. Sicuro!.. (A Campos.) ¿Qué es esto?
Campos. La aprobación de los créditos para la construcción de una fragata.33
(^Ensenada se sobresalta: es su antigua tarea.)
Esquilache. Yo dije dos.
Campos. El Consejo de Hacienda ha recomendado retrasar la construcción de la segunda, excelencia.
Esquilache. ¡El ministro de Hacienda soy yo, y también el de Guerra!22 Los dos despachos están de acuerdo y esos señores no me van a enseñar a mí a hacer números. Nuestra estúpida guerra con Inglaterra nos ha costado barcos y hay que reponerlos.23 (Ríe.) Y si no, que se lo pregunten a Ensenada, por quien España tiene hoy una flota.

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