Temas de hoy, 2006. 246 páginas.
Me fascina la figura de Clara Campoamor, mujer pionera en muchos campos, pero, sobre todo, la artífice detrás de la aprobación del voto femenino en España. Logró sacarlo adelante a pesar de la oposición de su partido, de los reaccionarios e incluso de la otra mujer en el parlamento, Victoria Kent.
El libro es una biografía novelada, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. Como bueno, que es más entretenido de leer que un ensayo, y el autor escribe bien, con una prosa fluida y una buena elección de los momentos a mostrar. Lo malo es que en toda ficcionalización, por muy riguroso que se quiera ser, siempre tienes que meter cosas de tu propia cosecha y eso a mí a priori me molesta. Prejuicios que tiene uno.
Pero como aproximación a la figura de esta gran mujer olvidada por las generaciones actuales es excelente. Muy recomendable.
—Nada bueno nos ha de traer este cambio —me dijo el anciano que viajaba en el departamento enfrente de mí.
—Nada bueno cabía esperar ya de una monarquía decadente que no contaba con el cariño de los ciudadanos —le respondí.
—El pueblo a veces se equivoca, señorita. Tengo los suficientes años como para haberlo visto todo.
—Bueno, todavía se le ve con vitalidad para ver algo nuevo…
—Me mira usted con buenos ojos. Yo era un niño en el 73, cuando se proclamó la Primera República. Usted, joven, no había nacido. El sueño no duró ni un año. Y los mismos niños que un día como hoy jugaban con gorros frigios y retaban con sus espadas de madera a los pobres compañeros a los que tocaba asumir el papel de rey, esos mismos, meses después jugaban a ser el general Pavía. En el mismo curso nos tocó aprender la cantinela de los presidentes de la efímera República, Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar, y volver a memorizar poco después la lista de los reyes godos. Eso es lo que duró la República, ni un curso escolar. Estos vuelven, señorita, siempre acaban volviendo.
¿Cómo puede decirse que la mujer no ha luchado y que necesita una época, largos años de República, para demostrar su capacidad? ¿Y por qué no los hombres? ¿Por qué el hombre, al advenimiento de la República, ha de tener sus derechos y ha de ponerse un lazareto a los de la mujer? ¿Preguntáis que cuándo las mujeres se han levantado para protestar? ¿Quién protestó y se levantó en Zaragoza contra la guerra de Cuba, quién contra el desastre de Annual, más que las mujeres, que iban a las manifestaciones en mayor número que los hombres? ¿Cómo puede decirse que cuando las mujeres den señales de vida por la República se les concederá como premio el derecho a votar? ¿Es que no han luchado las mujeres por la República? ¿Es que al hablar con elogio de las mujeres universitarias y obreras no se está cantando su capacidad? ¿O es que al mencionar sólo a estas mujeres se pretende ignorar a todas las que no pertenecen a una clase ni a otra? ¿No sufren también ellas las consecuencias de la legislación? ¿No pagan sus impuestos como las otras y como los varones? Cuando oigo en el aire «dentro de un año», ¿es que creéis que dentro de un año la mujer sí va a estar capacitada? ¿Es que creéis que para esa época vais a conquistar su ideología? ¿Por qué no empezáis, pues, la cruzada rápidamente, para conquistarla antes?
No hay comentarios