Tenía ganas de ver cómo se movía un genio con el color como Mattotti en el blanco y negro y al respuesta es que admirablemente bien. Las páginas finales, con el degradado de negro a blanco, son para enmarcar. Y no son las únicas.
El protagonista, tras un extraño sueño, despierta con estigmas de santo. Pero él es bebedor, trabaja en un bar y no tiene ningún respeto por lo sagrado. Los estigmas se convertirán en una maldición que le alejará de su ciudad, lo llevará a vivir con unos feriantes y provocará que la desgracia caiga sobre él. La pregunta es ¿Existe la posibilidad de redención?
La historia, todo y tener su poesía, me ha resultado un poco cargante. Pero en combinación con los excelentes dibujos de Mattotti se salva con nota, Un excelente cómic, una delicia para la vista.
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