Ediciones Kantolla, 2009. 204 páginas.
Tit. Or. Bird by bird. Trad. David Rutte.
Seguramente oí hablar de este libro aquí: “Pájaro a pájaro”, de Anne Lamott. Si Neus dice que es para mí un repositorio de energía y de cordura a la hora de afrontar la página en blanco hay que darle una oportunidad.
Lo cierto es que el objetivo del libro no me cuadra, ya que es una especie de transcripción de los temas que trata en su taller de escritura. De momento no está en mi horizonte dedicarme a la escritura, y aún así el libro me ha gustado. No sólo porque como se indica en el subtítulo estas instrucciones valen también para la vida, sino por lo ameno de la escritura. Lamott les dice a sus alumnos que no tienen que aburrir, y se aplica el cuento.
No encontrarán aquí consejos para escribir bien, si hay que poner o quitar adjetivos, o consideraciones de estilo. Sí encontrarán respuestas para comenzar a escribir, crear personajes, enfrentarse a la página en blanco y lidiar con el fracaso o -lo que es peor- con el éxito ajeno. El título del libro es un consejo muy claro: ante una tarea inabarcable, hay que hacerla poco a poco. Yo siempre digo ‘una baldosa por vez’, en alusión a Momo.
El libro será de mucha utilidad para escritores en ciernes. Yo lo he sacado de la biblioteca y está lleno de anotaciones. Neus indica que la traducción es mejorable, yo añadiría que hay algunos fallos de edición y algunas notas fuera de sitio, pero nada que dificulte la lectura. Como curiosidad la autora no tiene ningún libro suyo de ficción traducido al castellano.
Calificación: Bueno.
Extractos:
Porque, para algunos de nosotros, los libros son más importantes que casi cualquier otra cosa en el mundo. El milagro de que de esos pequeños, planos y rígidos cuadrados de papel se despliegue mundo tras mundo tras mundo, mundos que te cantan, te consuelan y te apaciguan o te llenan de excitación. Los libros nos ayudan a entender quiénes somos y cómo nos tenemos que comportar. Nos enseñan el significado de la comunidad y la amistad; nos enseñan a vivir y a morir. Están llenos de todas aquellas cosas que no te da la vida real: un lenguaje lírico y maravilloso, por ejemplo. Y la calidad de la atención: podemos darnos cuenta de detalles asombrosos a lo largo de un día pero pocas veces nos detenemos para prestarles verdadera atención. Los autores te hacen darte cuenta, te hacen apreciar los detalles, y ese es un don precioso. Mi gratitud hacia la buena escritura es ilimitada; la agradezco como agradezco el océano. ¿Vosotros no? Pregunto.
La mayoría asienten. Por eso están aquí: adoran la lectura, adoran la buena escritura y también quieren poner de su parte. Pero algunos alumnos siguen mirándome con una sensación de traición, de desesperanza, como si estuvieran pensando en ahorcarse. Ya es demasiado tarde para pedir que os devuelvan el dinero, les digo alegremente, pero puedo ofreceros algo mejor todavía. Ahora vienen las dos cosas más útiles que os puedo contar sobre la escritura.
De todas las voces que oigas en Radio Malaonda, la más difícil de sojuzgar será la de los celos. Los celos son un ataque en toda línea a cualquier contingente de confianza que hayas logrado reunir. Pero si no dejas de escribir es probable que tengas que vértelas con ellos, porque habrá éxitos maravillosos y deslumbrantes que serán para los escritores más malos, los que más mala leche tienen, los que menos se lo merecen de todos los que conoces; gente que, en otras palabras, no eres tú.
Esas cosas pasan porque la mentalidad gregaria del público y sus instintos de manada no están imbuidos de la magia que ocurre cuando mente y corazón, musa, mano y papel trabajan juntos. Por el contrario, están dirigidos por programas de entrevistas y productores de televisión y anuncios en la tele. Así y todo, probablemente te gustaría que la manada de caribúes corriera un rato detrás tuyo. La mayoría deseamos lo mismo, en secreto. Sin embargo, puede que la manada se atiborre de liqúenes y se después se aleje bamboleándose en pos de cualquier escritor de los que no lo merecen. Escritores que logran ocupar los puestos de la lista de supervenías, obtienen las ventas de derechos cinematográficos, los adelantos más suculentos, las grandes fotografías satinadas en las revistas nacionales, en las que los editores fotográficos les han eliminado las patas de gallo, las arrugas y los cuernos. Los escritores que más admiras del mundo les hacen reseñas terriblemente favorables en el Times o notas publicitarias para que aparezcan en la tapa de la edición en rústica. Compran casas, grandes casas, o segundas casas que son en realidad tan bonitas, o más bonitas todavía que las primeras. Y a ti te entrarán ganas de echarte escaleras abajo, especialmente si esa persona es amiga tuya.
6 comentarios
A mi me resultó también bastante agradable y con algunos consejos útiles. Muy zen además: no trata de cómo escribir, sino de cómo vivir con la escritura.
Sí, eso es lo que más me gustó.
Sí, Lamott trata de la parte que podríamos llamar «espiritual» de la escritura. Menos adverbios y más emoción! Me gustaría que este libro se relanzase en castellano. Seguro que tu reseña ayudará. Un abrazo.
Si se relanza que sea con mejor edición 🙂
Estoy buscando este libro en castellano y no lo encuentro por ningún lado. ¿Alguien sabe como puedo conseguirlo?
Algunos libros difíciles de encontrar podrían estar en la red de bibliotecas públicas de tu Comunidad.
Estoy empezando a leerlo y no me entusiasma. La autora se dispersa mucho y aprovecha la ocasión para meter lo que se le va ocurriendo. Esto es normal en la escritura pero me parece que no filtra demasiado. Además, no se pueden dar en serio instrucciones para la vida y mucho menos ponerlo en la portada de un libro. Me da que es un texto como muy americano, de lectura alegre y facil.