Alianza Editorial, 2000. 245 pág.
Tit. Or. Einstein & Co. Trad. Arturo Parada
Exaltación del sabio
Pues este libro lo vi en la librería y me llamó la atención, y cuando lo vi por 2 € en el mercadillo aproveché para comprarlo. Es la segunda parte de Aristóteles y Cia que no se si está editado en España. No he comentado que otra de mis debilidades es la historia de la ciencia y las biografías científicas. Como no iba, pues, a comprarme este libro.
Cada una de las biografías está organizada de la misma manera; una introducción al personaje, una breve descripción del marco histórico, y un retrato del personaje comentando su vida, sus descubrimientos más importantes, y alguna que otra anécdota.
Los personajes elegidos son James Clerk Maxwell (ecuaciones del electromagnetismo), Hermann von Helmholtz (principio conervación energía), Gregor Mendel (leyes de la genética), Ludwig Boltzmann (ley entropía), Marie Curie (radioactividad), Lise Meitner (fisión nuclear), Barbara McClintock (genés intercambiables), Albert Einstein (relatividad), Niels Bohr (mecánica cuántica), Linus Pauling (estructura proteínas), John Von Neumann (teoría de juegos), Max Delbruck (genética molecular) y Richard P. Feynman (electrodinámica cuántica).
Los fallos que encuentro en este libro son también sus virtudes. No entiendo que hace Max Delbrück al lado de Von Neumann y Feynmann, pero también está bien que de vez en cuando se cuele algún científico que no sea un gigante. Que los científicos reseñados pertenezcan exclusivamente a las ramas de la física y la genética es una elección, todos los científicos no van a caber en un libro tan breve. Otro ‘fallo’ es que al autor se le ve el plumero cuando alaba a algunos (como a Meitner) sin ningún tipo de rubor, pero a veces la imparcialidad tipo libro de texto también cansa. Le voy a perdonar incluso el que haya criticado algo a Feynman (y sin tener razón, además). El libro es riguroso y ameno.
Como amante de la anécdota destacaría la que cuenta (y no conocía) de Feynman. Cuando una revista eligió a Feynman ‘El hombre más inteligente del mundo’, su esposa dijo ‘Si este es el hombre más inteligente del mundo, entonces válganos dios’. No cuenta ninguna de Von Neumann, cuando tiene muchas, y muy buenas (y a mi me encanta la siguiente; Von Neumann era conocido por su extraordinaria capacidad mental, y un día un compañero decidió gastarle una broma. Estudio con detalle un largo razonamiento matemático, y le comentó a Von Neumann que estaba trabajando en un problema matemático pero que no encontraba la solución. Le explicó la primera parte del problema, y cuando ya Von Neumann empezaba a barruntar la continuación, el compañero le interrumpió diciendo ‘ya lo tengo’ y adelantándose a él. El juego siguió hasta que se resolvió el problema y a Von Neumann casi le da un infarto al ver que alguien le ganaba en capacidad matemática).
Resumiendo, un libro entetenido a pesar de sus irregularidades. Recomendable.
(Un día, un libro 171/365)
Escuchando: This is it!. Betty Davis.
2 comentarios
Sé que, en cuanto a capacidad determinada en gran parte por la genética, y en lo restante dependiente de circunstancias poco o nada atribuibles a nosotros mismos, no es muy lógico presumir de inteligencia, pues podríamos decir que “no tiene mucho mérito”. Pero, aun así, no puedo evitar admirar de un modo casi infantil a las personas inteligentes.
Supongo que del mismo modo que admirados un hermoso paisaje cuyo mérito tampoco podemos atribuir a nadie. La inteligencia tiene un modo particular de ser bella.