Páginas de espuma, 2004. 134 páginas.
La primera vez que leí a esta autora fue en alguna antología, y así ha seguido siendo hasta llegar a este libro. Gran error. Porque Ana María Shua es una artista del microcuento. Pondría la lista de microrelatos, pero es demasiado larga. Como compensación, al final tienen una buena selección.
Ahora están de moda las distancias cortas, pero no todo el mundo tiene el pulso firme para subir y bajar una narración en un cuarto de página. Tener la idea feliz es una parte -y no todos la tienen, aunque lo crean. Saber darle cuerpo con breves trazos es la otra mitad de la ecuación. La autora lo consigue en estas breves piezas que casi siempre consiguen arrancar una sonrisa, una emoción o una sensación de nostalgia.
No quiero excederme en halagos; el libro me ha gustado y basta. Al final tienen la oportunidad de opinar por si mismos. Si coinciden, afortunadamente, sus libros se pueden comprar en cualquier sitio.
Extracto:[-]
FILTRO DE AMOR
PARA HACERSE QUERER, machacar en un mortero de plomo diez ojos de murciélago y una cabeza de mamba fresca hasta reducirlas a una pasta. Incorporar lentamente quince dientes de ajo crudo y disolver en bencina. Cuando la persona amada beba este filtro le crecerá de inmediato el labio superior hasta colgar por debajo de la barbilla, sus ojos perderán color, adquiriendo un aspecto protuberante, la nariz se le achatará a la manera de los cerdos, la columna vertebral, combada, formará una joroba, las articulaciones de las manos le quedarán rígidas y deformes, se le ennegrecerán los dientes y se enamorará perdidamente de usted.
EL NIÑO TERCO
EN UN APARTADO de su obra dedicado a las leyendas infantiles, los hermanos Grimm refieren un cuento popular alemán que la sensibilidad de la época consideraba particularmente adecuado para los niños. Un niño terco fue castigado por el Señor con la enfermedad y la muerte. Pero ni aun así logró enmendarse. Su bracito pálido, con la mano como una flor abierta, insistía en asomar fuera de la tumba. Sólo cuando su madre le dio una buena tunda con una vara de avellano, el bracito se retiró otra vez bajo tierra y fue la prueba de que el niño había alcanzado la paz.
Los que hemos pasado por ese cementerio, sabemos, sin embargo, que se sigue asomando cuando cree que nadie lo ve. Ahora es el brazo recio y peludo de un hombre adulto, con los dedos agrietados y las uñas sucias de tierra por el trabajo de abrirse paso hacia abajo y hacia arriba. A veces hace gestos obscenos, curiosamente modernos, que los filólogos consideran dirigidos a los hermanos Grimm.
PECADO DE SOLTERÍA
CUANDO LLEGUE el fin del mundo, los lacandones se reunirán en Yaxchilán. Los dioses decapitarán a todos los solteros, los colgarán por los talones y juntarán su sangre en cuencos para pintar su casa. Con tales amenazas, que varían de una cultura a la otra, es necesario atemorizar a los hombres para que acepten y soporten el matrimonio.
4 comentarios
Coincido plenamente. Lo leí hace años y lo releo de vez en cuando. Esas medusas del sentido… Llevo clavado el de las rodajas de sirena.
Un abrazo.
Ha publicado ‘Que tengas una vida interesante’, no sé si sus cuentos completos o una selección de los mismos. No lo encuentro en las librerías online.
También sigo los cuentos cortos y comparto plenamente tu opinión:»no todo el mundo tiene el pulso firme para subir y bajar una narración en un cuarto de página». La moda ha hecho que se publique cada cosas…
Pero hoy estoy feliz, he conocido a Ana María Shua.
Gracias, una vez más.
AD.
Se publica cada cosa en cualquier género que no es de extrañar que también pase en los cuentos cortos. Pero escritores buenos haberlos haylos.