Javier Menéndez Flores. Perdonen la tristeza.
Ensayo / noviembre 25, 2016

Plaza y Janés, 2000. 288 páginas. Flojísimo. A excepción del primer capítulo, donde cuenta la infancia del autor y sus años en Londres, el resto es un recorrido por la discografía del autor. El texto oscila entre la exhibición de datos intrascendentes (número de copias vendidas, lista de canciones con letras, número de conciertos) y un masaje que a veces cae en un servilismo atroz. Cosas de relevancia, ninguna. Y no es que estuviera a la busca de cotilleos, pero digo yo que la vida de Sabina alguna anécdota jugosa tiene que tener. Al final pensé que al autor le encasquetaron hacer este libro, que fue un encargo aceptado a contrapelo y que lo hizo sin ganas, cómo las mismas pocas ganas con las que lo he leído yo. Los extractos son una muestra del texto general. Por aquel entonces, Sabina seguía sentimentalmente unido a Isabel Oliart, y, fruto de aquella relación, el 16 de enero de 1990 había nacido, bajo el signo de Capricornio, su primera hija, Carmela Juliana Martínez Oliart, y tan sólo sus padres saben si lo hizo entre mentiras piadosas. De ese modo, el cantante se ve estrenando paternidad a sus cuarenta y un años. La…