Santiago García. La novela gráfica.
Ensayo / junio 2, 2016

Todavía no se sabe muy bien cual es la definición de ‘Novela gráfica’ pero Santiago García -uno de los mejores guionistas del cómic actual- realiza un estudio que rastrea las fuentes y la evolución del formato. Muy bien documentado, sirve también para descubrir autores históricos que se hayan escapado del rádar y valores nuevos. En el último tramo hay menos rigor histórico y más enumeración de autores, pero es igual de interesante. Un mal nombre El «mal nombre» del cómic empieza con el mismo Tópffer, que acostumbraba a utilizar apodos poco serios para referirse a sus propias creaciones, desde «garabatos» hasta «tonterías gráficas». En la recopilación de sus ensayos sobre el arte, titulada Réflexions et menus-propos d’un peintre genevois (1848), «Tópffer burbujea con teorías que no puede tomarse en serio. Sobre todo, no puede imaginar que el lector le tome en serio durante mucho tiempo»29. El deseo de teorizar contrarrestado por el temor a parecer demasiado pomposo de Tópffer tiene un significativo eco en el «manifiesto de la novela gráfica» de Eddie Campbell, que en su noveno punto reza: A los novelistas gráficos nunca se les ocurriría utilizar el término novela gráfica cuando hablan con sus colegas. Normalmente se referirán…

Lara Moreno. Por si se va la luz.
Novela / junio 1, 2016

Una pareja se muda a un pueblo animados por una misteriosa organización en un mundo que parece estar desintegrándose. Me costó horrores acabarlo; ni me interesaba la historia ni la prosa. Y eso que el ambiente -pueblo con pocos habitantes en un ambiente ligeramente postapocalíptico- podía haber dado mucho de sí. Hay alguna escena interesante, pero son las menos. Enrique vive encima del bar. Desde el interior oscuro de su local, unas escaleras de madera suben hacia el primer piso. Los techos son bajos, dan sensación de agotamiento, pero el interior es cálido. Enrique ha quedado con Nadia allí arriba y ha dejado la puerta del bar abierta. Sobre las siete de la tarde, con un sol tardío que alumbra de naranja el dorso de sus manos, Nadia atraviesa la puerta del granero. Sorbe el olor a queso viejo y a vino mientras oye el ruido de sus botas. Imagina animales, mayormente roedores y arácnidos, durmiendo en las esquinas, tras las mesas plegadas y las sillas. No se mueven, sus ojos no brillan. Probablemente no existan. Agarra fuerte la escalera y sube. Cuando su cabeza emerge por el hueco siente que ha entrado en un mundo distinto a todo lo…