El rápido ascenso del nuevo partido habÃa sorprendido a todos.Tras el éxito en las europeas la intención de voto no habÃa hecho más que crecer, amenazando desbancar al partido del gobierno y al de la oposición. HabÃa que hacer algo. Buena parte del éxito se debÃa al carisma de su lÃder, aupado por los medios de comunicación. Su imagen cercana al pueblo, alejada de la casta de polÃticos profesionales manchados por la corrupción, le hacÃa simpático a todo tipo de electores. TenÃan que desacreditarlo. Contrataron los servicios de una acompañante profesional. Dalila, una venezolana de un metro setenta con unas curvas de infarto, se presentó al lÃder tras una charla en la universidad, haciéndose pasar por una admiradora de sus ideas polÃticas. No le costó mucho seducirlo y llevarlo a su habitación del hotel, donde unas discretas cámaras de vÃdeo registraron sus evoluciones amatorias. Dalila desapareció de la habitación del hotel aprovechando el sueño del lÃder, no sin antes cortarle la coleta que habÃa sido su signo distintivo. Era una petición especial del director de uno de los principales periódicos conservadores, que le guardaba una inquina personal y querÃa tenerla como trofeo. El vÃdeo se convirtió en viral en todas…
Iberoamericana, 2013. 330 páginas. Lúcido análisis de tres revistas de los años 80 nacidas desencantadas de la polÃtica. El VÃbora, irreverente y anti sistema, El Cairo, defensora de la aventura como evasión de la realidad y Madriz, de propuestas arriesgadas gráficamente. Una buena reseña: Imágenes del desencanto Entonces, en esto nosotros no tenÃamos cabida; en aquella época nace El Papus, y nos ofrecen en una ocasión trabajar ahÃ, pero lo que hacÃamos nosotros no pegaba tampoco en El Papus, si era una revista de nuevo cuño; el Papus era más la onda de Hara-kiri; Hara-Kiri tampoco era lo nuestro; Hara-Kiri seguÃa siendo lo que se iba a convertir en El Jueves, humor polÃtico, y si no es polÃtico humor tipo Reiser, tipo Bolinski, tipo esta onda, pues, que es lo que ha continuado. HabÃa los polÃticos y habÃa el humor por el humor; como podÃa ser Reiser; él no es polÃtico, es humor-humor. Y pues entonces nosotros nos dedicamos a hacer nuestro tebeo. La idea mÃa desde el principio, en plan ideológico… Yo era el que llevaba la voz ideológica, me imagino que por mayor y por militancia; que aunque yo no habÃa militado en nada era universitario de aquello……