Gonzalo Torrente Ballester. La Saga-Fuga de JB.
Novela / enero 27, 2012

Círculo de lectores, 1988. 568 páginas. Obra maestra Ni sé las veces que había leído, prestado y regalado este libro. Decidí volver a regalárselo a mi mujer, ya que no tenía ningún ejemplar en la biblitoeca familiar. Ya de paso, me lo releo. El mejor resumen es el que hay en la wikipedia, por el censor: «De todos los disparates que el lector que suscribe ha leído en este mundo, éste es el peor. Totalmente imposible de entender, la acción pasa en un pueblo imaginario, Castroforte del Baralla, donde hay lampreas, un cuerpo Santo que apareció en el agua, y una serie de locos que dicen muchos disparates. De cuando en cuando, alguna cosa sexual, casi siempre tan disparatada como el resto, y alguna palabrota para seguir la actual corriente literaria. Este libro no merece ni la denegación ni la aprobación. La denegación no encontraría justificación, y la aprobación sería demasiado honor para tanto cretinismo e insensatez. Se propone se aplique el SILENCIO ADMINISTRATIVO. ¡Cuan equivocado el infausto censor! La recordaba buena, pero me ha resultado aún mejor. Alguna vez le he racaneado a Torrente Ballester la categoría de grande, aún siendo uno de mis escritores preferidos. Me desdigo. Alguien…

Arthur Miller. Panorama desde el puente.
Teatro / enero 26, 2012

Tusquets, 2003. 122 páginas. Tit. Or. A view from the bridge. Trad. Eduardo Mendoza. Chivato Muerte de un viajante me encantó, pero esta obra creo que no está a la altura. Menos mal que me salió gratis. Eddie trabaja en el puerto y tiene alojada a una sobrina por la que siente un cariño paternal -o quizás algo más. El conflicto aparecerá cuando tenga en su casa a unos primos de su mujer, inmigrantes ilegales, y uno de ellos pretenda casarse con la sobrina. El retrato de la inmigración sigue teniendo validez hoy en día. Las pasiones ocultas y en ocasiones prohibidas son típicas del teatro norteamericano de los 50. Con todo, no es que esté mal, pero no ha acabado de gustarme. Calificación: Bueno, pero no tanto. Un día, un libro (148/365) Extracto: (Entra Catherine con platos, tenedores.) beatrice: Que ha encontrado trabajo. (Pausa. Eddie mira a Catherine, luego a Beatrice.) eddie: ¿Qué trabajo? Si aún no ha acabado los estudios… beatrice: Eddie, no te lo vas a creer… eddie: No…, no, tú a acabar los estudios. ¿Qué clase de trabajo?, ¿a qué viene esto? De repente te… beatrice: Escucha un segundo, que es algo fenomenal. eddie: No es…

Isaac Asimov (sel.). La Edad de oro de la Ciencia Ficción II.
Ci-Fi / enero 25, 2012

Orbis, 1986. 216 páginas. Tit. Or. Before the golden age. Trad. Horacio González Trejo. Segundo tomo de la colección que tengo y acabo de descubrir que hay dos más. En este enlace están todos los títulos, incluyendo sinopsis de todos los cuentos: La edad de oro de la ciencia ficción La lista es la siguiente: Tumithak de los corredores (Tumithak of the corridors, 1932 Charles R. Tanner). La era de la Luna (The moon era, 1932, Jack Williamson). El hombre que despertó (The man who awoke, 1933, Lawrence Manning). Tumithak en Shawn (Tumithak in Shawn, 1933, Charles R. Tanner). Leyéndolos uno entiende porque pudieron gustar al joven Asimov, especialmente los de Tumithak. Aventuras, peleas, una lucha por la supervivencia de la humanidad… Leídos ahora algo de encanto conservan, pero vamos, que no son para tirar cohetes. Se me ha hecho más legible que el anterior, pero no pasa de curiosidad. Sin embargo Asimov es más magro contándonos su vida, lo que es una pena. Calificación: Más curioso que bueno. Un día, un libro (147/365) Extracto: Tumithak permaneció un rato inmóvil, reflexionando. Se pregunto! por qué no lo habían asesinado, adivinando a medias que los salvajes no se dispondrían a sacrificar…

Varios autores. Habrá una vez.
Cuentos / enero 24, 2012

Alfaguara, 2002. 542 páginas. Selección, traducción y prólogo: Juan Fernando Merino. Antología del cuento joven norteamericano Con una rebajilla en una librería de viejo me hicieron un buen regalo de reyes mis suegros. Los lectores somos muy fáciles de contentar. Una antología que reúne los siguientes cuentos: La punta, Charles D’Ambrosio El amor no es pera en dulce, Amy Bloom Incursión nocturna, Brady Udall Brownsville, Tom Piazza Una cuestión temporal, Jhumpa Lahiri Frenillo, John Fulton El bar de nuestra desdicha reciente, Elizabeth McCracken Terapia, Elissa Wald Nada, Judith Ortiz Cofer Entre la piscina y las gardeni, Edwidge Danticat En la costa de los arándanos, Michael Byers Turbulencia, Joshua Henkin El ancho mar, Tony Earley El circo, Maggie Estep Frente unificado, Antonya Nelson Pejerrojo, Rick Bass El enemigo, Josip Novakovich Una banca en el parque, Judy Budnitz Aserrín, Chris Offutt Navidad, Jamaica Plain Melante, Rae Thon En un día como éste, Gish Jen Lenguaje corporal, Diane Schoemperlen El aparador Sutton, Pinckney Benedict Algunos dicen que el mundo, Susan Perabo Mejorando mi promedio, Kate Wheeler En esta reseña: Habrá una vez se habla en profundidad del libro, y estoy bastante de acuerdo con lo que dice. La calidad técnica de los relatos…

Carlo Collodi. Pipeto, el monito rosado.
Novela / enero 23, 2012

Sm, 1984. 112 páginas. Monito de palabra Después de leer las aventuras de Pinocho me quedé con ganas de más, y gratis me lo encontré de intercambio. Pipeto es un omnito que quiere comportarse como un hombre, y puede tener la suerte de conseguirlo, aunque por goloso y no cumplir sus promesas se meterá en más de un lío. El esquema es muy parecido al de Pinocho: monito que quiere ser humano, hada que puede concedérselo, pero antes deberá portarse bien. En este caso el pecado es faltar a la palabra dada. Aunque no sea excesivamente original y Pinocho sea superior, las aventuras de este simpático monito me han resultado muy entretenidas. Calificación: Bueno. Un día, un libro(145/365) Extracto: Pipeto no se parecía en nada a sus hermanos ni a los otros monitos de la vecindad. Tenía un hociquillo nervioso e inteligente; un par de ojos picaros, que no se estaban quietos ni un instante; una boca que se reía siempre, y un tipillo garboso y flexible como una vara de junco. En una palabra, que era un mono, como suele decirse, hecho que ni pintado. Viéndolo así, a primera vista, se le podía, casi, confundir con un niño de…