¿Continente o contenido?

noviembre 22, 2008

Leo este artículo de Manuel Rodríguez Rivero y me siento identificado con su actitud:

A pesar de tener la casa forrada de libros -o, probablemente, a causa de ello- nunca me he considerado un bibliófilo.[…]siempre he considerado los libros como herramientas transitivas y funcionales. Procuro cuidarlos para que duren tanto como yo, pero no les saco brillo, ni los expongo tras una vitrina.[…]Tampoco entiendo muy bien el pago de sumas exorbitantes por primeras ediciones modernas que carecen del valor añadido de primorosas encuadernaciones llevadas a cabo por artesanos semidivinos del pasado.

Respecto a los libros hay dos actitudes que no son excluyentes. Considerarlos por el contenido, por la obra de arte que encierran, sin importarnos la edición o estado del libro, o por el continente: primeras ediciones, dedicatorias o libros antiguos.

Al igual que Manuel no tengo primeras ediciones ni libros raros o caros. Alguno que tengo -como una edición de 1945 de las lecturas de mecánica ondulatoria de Shrodinger- los he comprado en el rastro por un euro. Y al contrario que muchos los libros los compro para leerlos; si ante mi biblioteca me hacen la fatídica pregunta de ¿Te los has leído todos? podría contestar que todos no, claro, pero sí el 90%.

No sé si mi actitud es normal o rara, por eso lanzo la pregunta. ¿Contenido, continente o ambos?

10 comentarios

  • Javi de Ríos noviembre 22, 2008en1:51 pm

    Mi respuesta es clara: continente y contenido, pero con matices. El libro en papel es especial, y no pienso en libros antiguos, puede serlo porque es un regalo o porque está firmado y dedicado por su autor o porque te encanta el diseño de su portada. Pero yo nunca compraría un libro solo por el continente.

    Sí lo haría solo por el contenido, hasta el extremo de que ya me estoy dejando seducir por los libros electrónicos.

    Un saludo

  • Mon noviembre 22, 2008en4:47 pm

    Pues ambos… Creo que los que nos gusta leer empezamos por el contenido y acabamos con el tiempo con fetichismo.. tanto por los libros nuevos, como los libros descatalogados, firmados, primeras ediciones, etc.

    Ambos aspectos forman parte de las adicciones.

    Un abrazo.

  • Guillermob noviembre 22, 2008en7:17 pm

    Apunta Mon algo importantísimo: el libro como fetiche, que nos hace tener inclusive dos ediciones del mismo libro que nos gusta, o que nos obliga a comprar una rareza en una tienda de segunda -tapa dura, más de setenta años, etc.-, por el placer de saber que la tendremos disponible para la lectura cuando nos dé la gana. ¿Sobre los libros firmados? El peso de la firma de un amigo en su libro es insoslayable.
    Los dos grupos son importantes.

    Saludos.

  • NeverMore noviembre 23, 2008en10:44 am

    Primero el contenido. El continente sólo cuando el libro vale la pena y la economía lo permite. En ocasiones, cuando sale a la venta una nueva edición que supera significativamente a la antigua, regalo a algún amigo el libro antiguo (recientemente me beneficié a la inversa cuando un amigo se compró la obra completa de Lovecraft).
    En cuanto a los libros de mi biblioteca personal. Antes decía que había leído el 90% de ellos. Pero cada mes que pasa este porcentaje baja un poco más y no es debido a no dedicar tiempo a leer sino al descubrimiento (tardío en mi caso) de amazon.
    A mis herederos no creo que les deje mucho dinero, pero lo que son libros…

  • Sílvia noviembre 23, 2008en11:34 am

    Creo, efectivamente, que ambas opciones no son excluyentes, pero si hay que priorizar, primero es el contenido. Ya que en mi opinión el libro debería ser un objeto de uso, no de culto.

    Según se mire un bibliófilo podría considerarse un anticuario especialista en libros, con la ventaja que pude comprar primeras ediciones en tiempo contemporáneo en previsión a un valor en alza en el futuro.

    Volviendo al libro como utilidad en cuanto al contenido y a pesar de parecer reduccionista, en mi caso agradezo el formato de edición y sobretodo, que la tipología de los carácteres sea lo menos fatigosa posible y que cuando lea las lineas no cabalguen unas con otras, quizá porque los que llevamos gafas agradecemos que la lectura no nos cause una fatiga visual. Parece simple, pero imagino que más de un@ lo comprenderá.

    Hasta pronto, Sílvia

  • panta noviembre 24, 2008en1:41 am

    Estoy de acuerdo con casi todo lo anterior.
    En mi caso el contenido es importante pero el continente determina el momento de la compra; suelo esperar a las ediciones de bolsillo, de las cuales parece que estos últimos años el mercado está mucho mejor surtido.
    Por supuesto hay excepciones con libros importantes o no editados en bolsillo.
    No lo hago sólo por el precio, también es determinante el volumen y peso . Estas ediciones son muy manejables .
    Respecto al porcentaje libros leídos / libros poseídos , hace unos años era superior a 1 (al 100%) : claro, los libros que leía eran de la biblioteca o prestados etc…
    Cuando he comenzado a comprar la relación se aproxima peigrosamente a 1/2 y no baja por mucho que lea
    ¿Por qué será? 😉
    Saludos

  • Santino noviembre 26, 2008en4:16 pm

    Por supuesto que considero el contenido más importante que el continente, pero uno no excluye al otro. Son dos planos diferentes pero complementarios.

    Un libro debe atraer en primer lugar por lo que hay dentro, pero eso no quita que haya determinadas personas que tiendan al fetichismo del libro como algo material. Coleccionar libros, o determinadas ediciones, puede ser una afición muy similar a otros tipos de coleccionismos, como por ejemplo los sellos. A mí siempre me han atraído las primeras ediciones, tengo unas cuantas y estoy un poco metido en el mundillo. Es apasionante, pero va más allá del contenido del libro. Tampoco es que los tenga expuestos en vitrinas, pero es cierto que no leo esos libros, que prefiero hacerlo en ediciones normales.

    En cuanto a los libros de mi biblioteca, creo que esa es una cuestión demasiado personal en la que no se puede generalizar, porque depende de la edad o de la forma de ser de cada uno entre otras cosas. Cuando era universitario compraba compulsivamente libros, más de los que podía leer. Eso hizo que se me acumularan bastantes. Ahora mismo apenas compro libros, a no ser que me interesen mucho, que tenga perspectivas de leerlos en breve o que sean una ganga. Prefiero leer los que tengo o usar las bibliotecas o internet. Desde luego, cuando compro tiendo a los más baratos, porque las ediciones de lujo sí me parecen una chorrada.

    En fin, yo me decantaría por ambos, cada uno dependiendo de las circunstancias y del libro.

    Un saludo.

  • Palimp diciembre 1, 2008en5:50 pm

    Veo que en general los lectores aprecian más el continente que el contenido. Bien.

  • Huevuduru enero 17, 2009en4:07 pm

    Evidentemente lo importante es el continente. Yo que vivo en Europa, por ejemplo, si se hunde ¿cómo salvaré mi biblioteca de la humedad?
    Lo cierto es que los libros son para observarlos y no para leerlos, que se pierde mucho tiempo y el 80% no cuentan más que mentiras y chorradas. Algunos leen demasiado, como Don Quijote, y observan al resto de los mortales con desprecio. Hacen preguntas idiotas buscando otros Don Quijotes, pues hasta el más endiosado necesita congéneres que le rasquen la espalda. Como niños repelentes que se saben la pregunta y esperan la complicidad . El caso es que nos enjabonen para poder seguir viviendo. Bien, bien.

  • Palimp enero 19, 2009en10:32 am

    Huevuduru, no acaba de definirse. Empieza con humor y acaba supongo que intentando criticar esta entrada, pero le faltaría afilar más el lápiz.

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