[*] Ursula K. Le Guin. Las doce moradas del viento I.

agosto 30, 2005

Ed. Edhasa / Nebulae, 1985, 1986. Trad. María Elena Rius.
Tit. Original: The Wind Twelve Quarters, 1975. 206 pág.

Muestrario de talento

Vivo entre librerías de viejo. Es un hecho accidental, en nada influido por mi aficción a la lectura sino por la suerte de encontrar un piso decente en Barcelona por un precio que no te deje pobre a fin de mes, pero me encanta. Volvía el otro día de un cliente cuando pasé por una de ellas, y me quedé a husmear entre los libros ‘de saldo’ que suelen exponer en la trastienda. Compré dos; el quijote y éste.

Lo compré porque pensaba que no lo tenía; no se pueden imaginar la cantidad de libros repetidos que he ido comprando (bueno, tampoco son tantos) porque no sabía si los tenía, o sólo los había leído. El caso es que tuve suerte; no lo tenía, tenía el volumen II y con este completaba un libro que la costumbre editorial española había partido en dos.

Vaya por delante que Ursula K. Le Guin no es una de mi escritoras preferidas. Pero es la autora de uno de los mejores libros de ciencia ficción política; ‘los desposeídos’, y la colección de cuentos que conforman los dos volúmenes son un muestrario de su talento y buen hacer. Intentaré resumir (un poco) cada uno de los cuentos.

El collar de Semley

Publicado en 1964, lo utilizó como prólogo a su novela ‘El mundo de Rocannon’. Narra la odisea de una princesa sin dote que viajará hasta las estrellas, con ayuda de las diferentes razas de su planeta, para recuperar el collar que perteneción a sus antepasados.

Abril en París

El primer cuento que le pagaron y el segundo que publicó. Puede inscribirse dentro de la ciencia ficción humorística (un género que me encanta) y cuenta como un profesor de nuestro ‘presente’ es convocado por un alquimista del medievo. Contra todo pronóstico se harán buenos amigos, y seguirán convocando gente…

Los maestros

Una buena frase ‘Había estado tratando de medir la distancia que hay entre la tierra y Dios’, y un tema que volverá a aparecer en otros relatos suyos; la persecución de la ciencia por ser ‘herética’. El joven Ganil será introducido en los secretos de la matemática posicional, una idea perseguida en su sociedad, y asistirá con horror a la detención de sus maestros.

La caja de la oscuridad

Inspirada en una anécdota con su hija (donde le traía una caja y le instaba a adivinar que había dentro; oscuridad claro está), Le Guin traza un cuento sobre un príncipe que defiende el castillo familiar, siempre batallando, como un trabajo de sísifo, y con unos tintes surrealistas.

La palabra que desliga

Festín, un joven mago ha sido aprisionado por un poderoso hechicero, Voll el cruel, que está dominando todo el continente. Utilizará todos sus recursos para liberarse y liberar a su pueblo del yugo de Voll.

El poder de los nombres

Otro cuento escrito con gran sentido del humor. Como bien sabe cualquier mago, quien conoce tu nombre tiene poder sobre ti. En la aldea de Sattins el señor Bajocolina ejerce, de manera no muy brillante, las labores de hechicero. Las cosas se pondrán interesantes cuando llegue un extranjero con una extraña misión secreta.

El rey de invierno

Ambientado en Invierno o Gheten, el planeta de ‘La mano izquierda de la oscuridad’, asistiremos a la epopeya del Rey que, temiendo que haya sido condicionado para cometer algo horrible, decide abdicar y ponerse en manos de la ciencia de los extranjeros, aunque eso suponga un viaje de 24 años luz y perder el contacto con su pueblo. Volverá, mucho más tarde, a su planeta.

El viaje

Escrita cuando el LSD estaba de moda, hace referencia a eso, al viaje de ácido. Poca ciencia ficción y poca moralina en un relato algo flojo.

Nueve vidas

Owen y Martin, componentes de un equipo de exploración espacial, encargado de la investigación de asteroides, reciben el relevo de una extraña tripulación: un clónico de diez personas llamado John Chow. La intensa relación entre los diez clónicos impresionará a Owen y Martin, hasta que un accidente en el asteroide les obligará a tomar medidas de emergencia.

Y hasta aquí por hoy. Pasado mañana, la segunda parte.

(Un día, un libro 141/365)
Escuchando: El ciclón. Café Tacuba.

10 comentarios

  • Javi agosto 31, 2005en10:55 am

    La C-F cada dia me da sorpresas más positivas, y espero que cuando consiga leer a esta autora sea una sorpresa mas

  • Vailima agosto 31, 2005en12:02 pm

    Yo me he puesto con los cuentos completos de Cortazar, acabo de terminar El libro de arena y otros de Borges, con respecto a tu reseña de hoy, como siempre, la tendré en cuenta.
    Un besote

  • Darthz agosto 31, 2005en3:03 pm

    Buen blog, me pasaré más por aquí, yo también soy un aficionado a la lectura y hace poco he terminado la historia interminable… jeje, fascinante aventura y gran moraleja.

    Te invito a pasar por mi blog también de literatura, por ahora he colgado un poema (soneto) ya que también me dedico a escribir.

    Un saludo.

  • Palimp septiembre 2, 2005en11:17 am

    Gracias a los nuevos visitantes, y tomo nota.

    Besos a ti, Vailima.

  • Melia septiembre 27, 2005en8:44 pm

    Hola! Quisiera que me dijeras si leiste otros libros de esta autora, ya que quiero comprar la serie de Terramar y me gustaria saber tu opinion. Gracias

  • Palimp septiembre 27, 2005en9:28 pm

    He leído bastantes y, más o menos, todos me han gustado. A mí no me suele gustar la fantasía, con excepción de algunos autores. Úrsula K. Leguin está entre ellos.

    Mi favorito de la autora sigue siendo ‘Los desposeidos’

  • ericz octubre 6, 2007en11:13 pm

    Los desposeídos, demasiado brillante para acotarlo a un género. Por más que sea ciencia ficción sin remedio, esa categoría lo desmerece. No porque el género niegue la genialidad, pero en el perezoso imaginario popular…cf es menos que literatura. ¿no?

  • Palimp octubre 8, 2007en10:34 am

    Por desgracia sí. Los desposeídos es ficción política, y de altura. Aunque como siempre hay un libro por lector. Escuché hablar a una amiga lingüista sobre él y sólo recordaba las peculiaridades del lenguaje.

  • ericz octubre 11, 2007en1:14 pm

    Un libro por lector, está bien eso. Los desposeídos es para leer en los primeros años de la universidad (pública), donde los burócratas disfrazados de revolucionarios desde todas las paredes nos atoran con consignas de justicia y libertad.

  • Palimp octubre 11, 2007en4:00 pm

    Efectivamente es un buen antídoto contra burocracias de todos los pelajes.

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