Willy Uribe. Sé que mi padre decía.
Novela / octubre 19, 2018

Los libros del lince, 2012. 188 páginas. La exesposa de Ismael le propone que regrese a Bilbao para participar en el chantaje a un antiguo amigo. Ismael es un poco parguela y la cosa le hubiera venido grande si no hubiera contado con la ayuda de un pistolero durmiente de ETA. Pero las cosas todavía tenían que complicarse más… La trama es atractiva, no cabe duda. Me tuvo enganchado desde el primer párrafo. Las desventuras del protagonista, que va saliendo de apuros casi por casualidad, te mantienen en vilo. La prosa correctísima, de una calidad superior a este tipo de novelas. Pero no sé, algo en el desenlace (con buen giro final incluído) no ha acabado de convencerme. Un buen libro, con excelentes momentos y bastante recomendable. Me empeñé en ahorrar algo de dinero y con el tiempo montar un pequeño negocio para gringos en la costa de Mazatlán. Pero la hucha se me rompió cuando conocí a Irene Pascuales en la ciudad de Chihuahua. Sucedió en un parada de autobús. Paré mi camión para preguntar por la ruta hasta La Giganta, un pequeño pueblo en las montañas al suroeste de Chihuahua, donde tenía que descargar tres toneladas de fertilizante….

Marina Perezagua. Leche.
Cuentos / septiembre 27, 2018

Los libros del lince, 2013. 182 páginas. Incluye los siguientes relatos: Little Boy El alga Él La tempestad Aniversario Homo coitus ocularis MioTauro Las islas El piloto Blanquita Trasplante Aurática Un solo hombre solo Leche Escritos con un lenguaje muy cuidado y sugerente, pero que en general me han dejado bastante frío porque no parecía que hubiera mucho que contar. El primero, que es el más largo, me ha resultado algo soso pese a tener como protagonista a un hermafrodita que sufrió los efectos de la bomba atómica.

Martín Lombardo. Locura circular.
Novela / abril 17, 2018

Los libros del lince, 2010. 140 páginas. Un emigrante en Barcelona arrastra sus días en compañía de una troupe de personajes al margen pero llenos de humanidad, un travestí psicoanalista, una chica heredera de Marilyn o un escritor con el síndrome de Bartleby. Bares, fiestas, Barcelona y como telón de fondo el amor, tan esquivo como imposible de alcanzar. ALgunas cosas que no me han gustado: la muletilla del narrador de repetir frases de Charly García, que al principio resulta simpático pero que, al menos en mi caso, ha resultado cargante. El resto una novela entretenida, bien escrita, con algún personaje entrañable y alguna que otra buena escena. Pero tampoco mucho más allá. Se deja leer. En el caso de que me maten como a Lennon —y más allá de mis respetos hacia Sallinger y El guardián en el centeno— me gustaría que el asesino —mi asesino— llevara entre sus manos un libro de Carver. ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? Ese libro no estaría mal. También me gustaría que mi asesino fuera simplemente mi asesino. O sea, que no mate a nadie más. Conmigo basta. Yo nunca voy a matar a nadie. Aunque la esquizofrenización que busco…