Blake Butler. El atlas de ceniza.
Novela / abril 3, 2019

Alpha Decay, 2013. 192 páginas. Tit. Or. Scorch atlas. Trad. Javier Calvo. Novela construida a partir de relatos breves, en ocasiones de menos de una página, sin personajes comunes pero con el mismo paisaje de fondo: una tierra consumida sobre la que parecen haber caído las plagas bíblicas: enfermedades, sequías, cenizas omnipresentes, lluvia cenagosa, un erial en el que no se puede vivir y apenas es posible arrastrarse en un simulacro de vida. Una prosa por momentos poética, siempre asfixiante, repleta de situaciones desoladoras, enfermedad, muerte, violencia, desesperación y pústulas, en la carne en la tierra y en el paisaje. Una lectura desasosegante y en ocasiones perturbadora. Tiene páginas increíbles, aunque se me hizo larga tanta tierra devastada. El ejemplar que tomé prestado de la biblioteca está lleno de frases subrayadas. Otra reseña: El atlas de ceniza Muy recomendable. mohada a la que le había puesto el camisón de dormir de ella. Luego se dedicó a cavar en el jardín de atrás, desnudo y sudando. Puso el disco favorito de ella en el equipo de música para que sonara una y otra vez, muy fuerte, a modo de señuelo. Y cuando arrancamos la moqueta de mi dormitorio para ver si…

Dennis Lim. David Lynch.
Ensayo / marzo 6, 2019

Alpha Decay, 2017. 250 páginas. Tit. Or. David Lynch. The man from another place. Trad. Juan Manuel Salmerón. Pocos directores de cine hay que hayan conseguido crear un mundo tan original y rompedor y además venderlo a Hollywood. Porque en mi caso mi admiración por Lynch no está en saber construir universo original que se sumerge en lo onírico y en los límites de la realidad, sino haber sabido venderlo a lo grande. El libro recorre la biografía y filmografía de Lynch aportando algo de luz a su obra, aunque poca; no es un libro de análisis de su obra, más bien una historia de su creación y recepción. Aprendemos más cosas sobre el director y cómo se fraguaron sus éxitos y fracasos. Quizás no es ni muy extenso ni excesivamente profundo, pero es ideal como primera aproximación a Lynch. Recomendable. Terrence Malick puso en contacto a Lynch con un productor de Hollywood. A los pocos minutos de ver el material editado, el hombre saltó escandalizado. «¡La gente no actúa así!», exclamó. «¡La gente no habla así!» Esta crítica espontánea, aunque es hostil y nace de la incomprensión, pone de manifiesto uno de los atributos peculiares de lo lynchiano: su…

Valter hugo Mae. El apocalipsis de los trabajadores.
Novela / abril 23, 2018

Alpha Decay, 2010. 208 páginas. Tit. Or. O apocalipse dos trabalhadores. Trad. Martín López-Vega. Una trabajadora doméstica sufre en secreto los tocamientos de su jefe, ya anciano. No dice nada a su marido y sólo se desahoga con una compañera a la que acompaña de vez en cuando para hacer de plañidera. Cuando muere el señor se da cuenta de que también sentía algo por él. La peculiaridad de este escritor es que todo lo escribe en minúsculas, e incluso en la contraportada hay un juego de palabras ‘un autor mayúsculo que escribe en minúsculas’. Como estrategia de marketing está muy bien, un elemento diferenciador que hace que los textos destaquen enseguida. Pero lo importante no es esa peculiaridad, sino el lenguaje, muy trabajado, al que las minúsculas ayudan. Una especie de monólogo interior que no lo es, un encadenamiento de frases que construyen un ambiente lingüístico de gran calidad. Muy bueno. augusto dormía a disgusto, moviéndose y diciendo cortas frases sonámbulas, y maria da graga se levantaba muy temprano, siempre sin lograr salvarse de sus propias pesadillas, entregándose, eternamente ingenua, a la aspereza de la vigilia. le llamaba maldito porque así había comenzado a llamarle quitéria. es un monstruo…

Georges Perec. Que pequeño ciclomotor de manillar cromado en el fondo del patio.
Novela / octubre 10, 2017

Alpha Decay, 2009. 88 páginas. Trad. Mariso Arbués y Hermes Salceda. Perec nos cuenta una historia simple, sobre las estrategias de un grupo de amigos para evitar que uno de ellos sea reclutado para luchar en la guerra de Argelia. A la vez el autor intenta meter el mayor número de figuras estilísticas disponibles sin que el resultado sea molesto. Incluye un índice al final de todas estas figuras (ej. crasis, hipálage, marotismo…) que se acaba, misteriosamente, en la letra p. Curioso divertimento que no está, en mi opinión, a la altura de otras obras del autor como La vida, instrucciones de uso o El secuestro Pero los demás, en plan trágico: —Esto, de coser y cantar, nada —dijo el primero. —De divertido, poco —dijo el segundo. —De gilipollas, mucho —dijo el tercero. —Diantre de diantre —dijo el cuarto. En lesumidas cuentas nuestla implesión final fue más bien desfavolable. Y convinimos conjuntamente y de común acuerdo que, a todas luces, no era en demasía deseable que el individuo honorablemente conocido con el nombre de Pollak Henri pasase al volante de un vehículo automóvil que ni siquiera le pertenecía, por encima del o los pies de un individuo al que no…

D.H. Lawrence. De eso nada.
Novela / junio 21, 2017

Alpha Decay, 2011. 96 páginas. Aventura amorosa entre una rica americana y un famoso torero mexicano, contada en la distancia por quien ejerció de acompañante y amigo. Final turbio. Se hace hincapié en la edición en la nota de la censura, que visto cien años después nos parece risible; apenas hay lenguaje explícito. Personalmente Lawrence nunca me ha llamado demasiado la atención fuera de esos escándalos ya pasados de moda. Se lee con gusto pero poco más. »Pero en México los hombres no se interesan por las mujeres que quieren hacerlos bailar al son que tocan. En México, son las mujeres quienes deben trajinar entre el polvo, como las indias, con la cabecita gacha. Las gringas no son muy populares. Nadie aprecia su energía y su capacidad de poner a los otros en solfa. Los hombres prefieren irse al carajo a su manera a que los mande allí una mujer, con un cestito para traerse de vuelta la compra. »Así que Ethel fue recibida con miradas por encima del hombro, cuando no con un muro de rollizos cogotes que le daban la espalda. No la querían. Los revolucionarios no le prestaban la más mínima atención. No querían que participaran mujeres….