Roberto Bolaño. 2666. (II)

diciembre 30, 2005

Editorial Anagrama, 2004. 1125 páginas.

La parte de Amalfitano

La parte más corta del libro. Bolaño nos narra la historia de Amalfitano y de su hija Rosa. Amalfitano vivió en Barcelona hasta que su mujer, trastornada, decidió ir en busca ‘del poeta de Mondragón’. Después se trasladó a Santa Teresa, lugar dónde se suceden los misteriosos crímenes. Un libro colgado en una cuerda de tender ‘al estilo de Duchamp’ y una extraña voz que habla con él, obsesionada con la homosexualidad, conforman su extraña pero apacible locura.

Su historia continuará en la siguiente parte.

Citas:

Hablo desde un taller en donde el caos es sólo una máscara o una leve fetidez de anestesia. Hablo desde un taller con las luces apagadas en donde el nervio de la voluntad se desprende del cuerpo y repta, automutilada, por entre la basura. Hablo de las cosas sencillas de la vida.

Le evocó a Marco Antonio los testimonios de aquellos que han entrado en coma o en situación de muerte clínica y que dicen haber visto un tunel oscuro y en el final del tunel un resplandor blanco o diamantino, y en ocasiones incluso atestiguan la presencia de seres difuntos y queridos que les dan la mano o los tranquilizan o les ruegan que mejor no sigan avanzando pues la hora o la microfracción de segundo en el que se opera el cambio aún no ha llegado. ¿usted que cree, maestro? ¿La gente que está a punto de morir se inventa estas tonterías o es real? ¿es sólo un sueño de los que están agonizando o entra dentro de lo posible que estas cosas sucedan? no lo sé, dijo Amalfitano con sequedad, pues aún no se le había pasado el susto ni tampoco tenía ganas de repetir el encuentro de la vez pasada. Bueno, dijo el joven Guerra, pues siq uiere saber lo que yo pienso, no creo que sea verdad. La gente ve lo que quiere ver y nunca lo que quiere ver la gente se corresponde con la realidad. La gente es cobarde hasta el último aliento. Se lo digo confidencialmente: el ser humano, hablando grosso modo, es lo más semejante que hay a una rata.

(Un día, un libro 263/365)
Escuchando: Skin-deep. Beady Belle.

2 comentarios

  • Merce septiembre 28, 2009en6:02 pm

    Siento dejar un comentario tan poco sustancioso, pero no me resisto a dejar algo, ya que están comentadas todas las partes de 2666 y ésta no, y he pensado que no podía ser menos…pobre Amalfitano! Me lo imagino enjuto, seco y con un traje negro lleno de arrugas. Todo lo contrario al gigante albino encerrado en la cárcel mejicana. Además, es curiosa la descripción de Rosa en esta parte, que se supone vista a través de su padre, y cómo contrasta con la Rosa de la calle, tan sensata y serena la una como desenfrenada e insensata la otra.
    Simplemente, me encantó Bolaño.

  • Palimp septiembre 29, 2009en12:43 pm

    Gracias por comentar el trozo incomentado. Sigo pensando que este es el apartado de 2666 que Bolaño dejó más inacabado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.