Paul Hoffman. El hombre que sólo amaba los números.

mayo 13, 2011

Granica, 2000. 282 páginas.
Tit. or. The man who loved only numbers. Traducción: Leandro Sanz.

Paul Hoffman, El hombre que sólo amaba los números
Matemático de leyenda

Este libro cuenta la vida de Paul Erdős, un matemático excéntrico y genial con una vida nómada y síngular. Los matemáticos tienen fama de extravagantes, y son figuras como la de Erdos las que parecen confirmarlo. El subtítulo se lo he robado a Tío Petros, que fue donde primero oí hablar de este personaje: Paul Erdös: un matemático de leyenda..

Llama la atención no por su extraordinario talento, reflejado en la siguiente anécdota:

En 1976, estábamos tomando un café en la sala de estar de los matemáticos en Texas A&M -recuerda George Purdy, un geómetra que empezó a trabajar con Erdós en 1967—. Había un problema de análisis funcional en el pizarrón, un campo del que Erdós no sabía nada. Yo sabía que dos analistas habían llegado a una solución, de treinta páginas del problema, de la que estaban muy orgullosos. Erdós miró el pizarrón y dijo: ¿Qué es eso?, ¿es un problema? Respondí que sí, y él se acercó mirando con los ojos entrecerrados el conciso enunciado. Hizo unas pocas preguntas sobre el significado de los símbolos y entonces, sin esfuerzo, escribió una solución de dos líneas. Si eso no es magia, ¿qué es?»

Tampoco por su peculiar vocabulario, llamando a los niños Épsilon, jefes a las mujeres y esclavos a los hombres (capturados si estaban casados). Ni por su adicción al café y a las anfetaminas, que provocaban que tuviera una actividad endiablada muy difícil de seguir (y aún así murió con 83 años). Tampoco por su extraña afección en la piel, ni porque se mantuviera célibe toda su vida.

Su fama reside en su particular manera de trabajar y vivir, nómada, viviendo de prestado en casas de amigos en las que se presentaba preguntando ¿Tu mente está abierta? y si era así se quedaba un par de días o una semana de intensa colaboración que solía fructificar en unos cuantos artículos matemáticos. Vivía con lo puesto y cuando ganaba dinero enseguida lo regalaba a fundaciones o a mendigos (no veía a ninguno sin que le diera algo).

Fue tan prolífico y colaboró con tanta gente que existe el llamado número de Erdős, cuya definición es la siguiente:

Para que a una persona se le pueda asignar un número Erdős, ésta debe de haber co-escrito un trabajo matemático con un autor con un número Erdős finito. Paul Erdős tiene un número Erdős de cero. Si el número Erdős más bajo de un coautor es X, entonces el número Erdős del autor es X+1.

Hay 509 personas que colaboraron directamente con él. Ahí es nada.

El libro también explica la vida de otros matemáticos, como Stanislaw Ulam y explica conceptos relacionado con la obra de Erdős, como los transfinitos de Cantor. Algo que está bien para quien no tenga muchos conocimientos matemáticos, pero para los que ya nos lo sabemos hubiéramos preferido más sobre tan singular personaje.

Es un libro difícil de encontrar -yo lo encontré en una biblioteca- pero de lectura apasionante, como su protagonista.

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