Matías Candeira. La soledad de los ventrílocuos.(III)

abril 24, 2007

Todas las posibilidades

Fragmentos en proceso de revisión

Un cuento breve, directo, sobre un imposible almacén (¿museo?) que recopila una gran variedad de armas. Cabe la posibilidad de la interpretación alegórica.

Subsuelo

Fragmentos en proceso de revisión

El Pozo está en el desierto; nadie sabe lo que es, sólo uno ha regresado -totalmente cambiado, tan cambiado que es exhibido- y quizá no hubiera tenido que descubrirse nunca, nada debería haber salido de su interior. Este es un cuento especial para mí por dos razones. La primera: es un cuento de ciencia ficción. De la buena. De la que sigue la tradición de Solaris y la supera ampliamente. Muy bien escrito, fragmentado, obligando al cerebro a resolver un rompecabezas al que le faltan piezas que debemos imaginar. La segunda: que es la primera vez que me dedican un cuento, honor que comparto con Elena Medel y Pablo Muñoz. La sensación es muy agradable.

En algún lugar de la calle V (Instantánea)

Comienza a atardecer, y al final de la calle, doblando el callejón, se encuentra la peluquería bañada en la penumbra. Colgada en la pared del fondo, una enorme cabeza de tiburón preside la estancia -nada más entrar el visitante encuentra sus ojos acuosos, ojos muy pequeños, con un brillo de metal antiguo, mirándole fijamente-; y algunas de las bombillas se han fundido sobre los espejos, como viejos volcanes.

Un rápido vistazo sobre una curiosa peluquería, y no sólo por la decoración. Como afirma el autor, el cuento tiene defensores y detractores. Cuéntenme entre los primeros. A su favor: podrían haberlo firmado muchos escritores consagrados. En contra: lo mismo, puede que no sea demasiado original. Pueden leerlo aquí.

El hombre en el barreño

Fragmentos en proceso de revisión

Por amor se hacen cosas impensables; incluso irse a vivir en un barreño para poder ver pasar, todos los días, a la mujer por la que se abrasa nuestro corazón. De lo mejorcito del libro; ¿Qué es mejor? ¿Vivir una vida sin sentido o plantarnos en mitad de la calle a vivir dentro del agua? El protagonista parece tener clara la respuesta -y nosotros también. Un cierre de calidad excepcional.

2 comentarios

  • MeZKaL abril 24, 2007en4:07 pm

    Estoy deseando robartelo en alguna visita a tu casa.

  • Palimp abril 27, 2007en12:01 pm

    Bueno, ya lo tienes 🙂

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