María José Buj. Psicopatología infantil.

diciembre 17, 2008

Editorial Horsori, 2007. 162 páginas.

María José Buj, Psicopatología infantil
Trastornos tempranos

Comentaba no hace mucho el libro Práctica educativa en la primera infancia y ahora es el turno del monográfico que lo acompaña. La idea de la editorial es que cada libro venga acompañado de un monográfico orientado a los especialistas.

Es importante la detección temprana de cualquier tipo de psicopatología porque será posible dar al niño un tratamiento adecuado. En la actualidad existen técnicas que permiten aliviar o curar el problema.

El libro plantea los factores que pueden dar origen a un trastorno y en siete apartados que incluyen trastornos emocionales, del comportamiento, del desarrollo, psicobiológicos, del sueño, de la alimentación y del lenguaje explica cuales con los síntomas que nos permiten identificarlos y pautas de tratamiento.

Cada niño es un mundo, por lo que la autora ya nos advierte que ante la detección de un problema es necesaria la intervención de un especialista que haga un seguimiento y establezca unas pautas para tratar el problema. El libro es una guía excelente que puede llevarnos a identificar cuando es necesaria esta intervención y cuando no debemos preocuparnos.

Imprescindible para maestros, logopedas, psicólogos y pedagogos.


Extracto:[-]

Existen dos sistemas visuales:

1. El sistema de «visión central», denominado también «focal», cuya función es la de analizar formas y objetos, detalles y posiciones de éstos.

2. El sistema de «visión periférica» o «visión ambiental», cuya función consiste en analizar las relaciones espaciales y el desplazamiento de objetos.

El bebé ciego necesita ayuda desde el inicio de la vida, dado el riesgo que supone la adaptación a la ceguera y el descubrimiento que debe hacer de un mundo en el cual muchos de los estímulos, en principio, no le atraen.

La vista supone un estímulo constante para la actividad de la persona, sea afectiva, cognitiva o física. Aproximadamente, el 80% de la información es recibida por medio de la visión, que además nos proporciona una verificación inmediata de aquello que vemos, y la impresión de elementos que estimulan la curiosidad y el interés del niño, elementos que una vez procesados en el cerebro, podrán integrarse en una totalidad.

La visión tiene un papel básico como organizadora de la experiencia, en la función de síntesis y en la formación de imágenes en el pensamiento. Los niños ciegos deben de construir la imagen del mundo mediante el uso de los sensores de que disponen. Así, las imágenes serán formadas con la ayuda de percepciones auditivas, táctiles, propioceptivas y cinestésicas. Sin embargo, muchos objetos y fenómenos quedan inaccesibles al oído humano, y al tacto (sol, luna, paisajes, etc.)

Todas las experiencias proporcionadas a un niño ciego deben ser presentadas de forma apropiada y con un ritmo lento que le permita la aprehensión del mundo que le rodea paso a paso, haciéndolo significativo.

Para realizar diagnósticos de deficiencias se utilizan los Potenciales Evocados Visuales (PEV) y los electrorretinogramas, los cuales pueden orientar acerca de la dimensión del problema.

Bases para la estimulación visual del niño con baja visión

Se ha de transformar el entorno del niño, en la medida de lo posible, en un entorno sugerente, lleno de potentes reclamos visuales. Un mundo vivo, lleno de color, con fuertes contrastes (plateados, tonos amarillentos, blancos, negros, espejos, etc.).

El objetivo básico de la estimulación es, en principio, conseguir que el niño dé significado al estímulo que recibe, de forma que pueda llegar a formar un proceso visual que sea potenciado al máximo.

Por otro lado, ayudaremos al pequeño a descubrir la alegría de mirar, de potenciar su curiosidad, que experimente con sus ojos, con sus manos y con su cuerpo, las posibilidades que le ofrece el entorno, estimulando no solo su visión, sino también su inteligencia y personalidad.

Se podrá considerar y evaluar, al principio, su reacción a la luz, su capacidad de fijación y seguimiento, el campo visual que utiliza, la acomodación, la agudeza visual que presenta de cerca y de lejos, la formación de convergencia, el contacto visual que realiza, la percepción cromática y la percepción de la profundidad, para finalizar con la observación de la coordinación ojo-mano y ojo-pie.

Pero, sin duda, uno de los aspectos más importantes es que cualquier ejercicio de estimulación visual que se presente al niño, se realice en forma de juego, en una situación relacional y motivadora, que agrade al niño, y lo potencie para convertirse en un participante activo en el proceso de mejora de la funcionalidad del resto visual que conserva.

Estimulación precoz del niño ciego y disminuido visual

Es fundamental el compromiso de padres y reeducadores, el afianzamiento de vínculos afectivos entre niño, padres, reeducador, compañeros y entorno social.

Se deben respetar los estados emocionales del niño, estimular la actividad espontánea y jerarquizar la lúdica para favorecer la independencia. El juego actuará como una actividad totalizadora, como una zona intermedia entre la fantasía y la realidad.

El tratamiento se adecuará a las necesidades individuales, después de un exhaustivo diagnóstico y pronóstico oftalmológico y del médico pediatra, para planificar el tipo de estimulación más adecuada al caso.

Las actividades como la música, la plástica, la dramatización y la expresión corporal, evitarán el aislamiento y favorecerán al desarrollo de la creatividad.

2 comentarios

  • María José diciembre 17, 2008en12:46 pm

    Siempre tan oportuno. Me ha resultado muy útil tu reseña, ahora estoy investigando estos temas, lo apunto para comprarlo.
    Un saludo y hasta pronto.

  • Palimp diciembre 17, 2008en6:59 pm

    Yo te lo puedo conseguir directamente de las fuentes.

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