Jenofonte. Recuerdos de Sócrates

septiembre 22, 2005

Biblioteca general Salvat, 1971. 172 pag.

Jenofonte Recuerdos Socrates
Sócrates sin Platón

La colección de la Biblioteca General Salvat la voy completando poco a poco, y causalmente había comprado el libro anterior de Platón y este en el mismo puesto. Decidí hacer doblete y leer los dos seguidos para poder apreciar mejor las diferencias entre el Sócrates al que nos tiene acostumbrado Platón, y el de estos recuerdos de los que, en un principio, ignoraba todo.

Jenofonte también fue discípulo de Sócrates, y se supone que uno de los propósitos de este libro fue hacer una defensa de su maestro. El último capítulo es también (como en el libro que reseñábamos hace unos días) una ‘Apología o defensa ante el jurado’, aunque a diferencia de la de Platón no está narrada en primera persona. Se cree que esta apología fue lo primero que escribió Jenofonte y que el resto del libro fue una ampliación de la misma.

Consta de cuatro libros, en los que va narrando, con una ligera unidad temática, diversas anécdotas protagonizadas por un Sócrates menos filosófico que el de Platón, más práctico, aunque preocupado por los mismos temas: la naturaleza del conocimiento, la justicia, la virtud, el buen gobierno. La estructura de lo relatado toma bastante el modelo del diálogo, lo que nos hace suponer que efectivamente ese debía ser el estilo característico de Sócrates.

Las notas a pie de página son de lo mejor del libro. No sólo ayudan a poner en relación el libro con el contexto de la Atenas del momento, sino que también nos sirven como programa del corazón al comparar los personajes que aparecen aquí con los de los textos de Platón. Como mínimo es curioso averiguar que mientras que Platón sólo aparece una vez en todo el libro, Jenofonte no aparece en ningún diálogo escrito por Platón.

La filosofía de Platón nunca ha sido de mi agrado y aunque respeto la figura de Sócrates siempre he pensado que la estructura del diálogo es un poco tramposa; los adversarios no están a la altura y son meros comparsas. Con unos interlocutores algo más vivos otro gallo nos cantara. Una de las mejores cualidades de este libro es que la figura de Sócrates no es tan omnipotente, quizá porque el motivo principal era, como decíamos al comienzo, defenderlo de la acusación que lo había llevado a la muerte.

Sé que recomendar la lectura de un combinado de Platón+Jenofonte no es precisamente lo que está de moda, sobretodo a los que como yo lo hacemos por puro placer. Pero no me voy a privar de ello; les aseguro que lo disfrutarán.

(Un día, un libro 164/365)
Escuchando: Sable chino. Fito Paez.

7 comentarios

  • Portorosa septiembre 23, 2005en12:09 am

    No, nada de moda, no te van a contratar como experto en marketing, seguramente. Pero yo te agradezco una tan magnífica recomendación.

  • Vailima septiembre 23, 2005en8:02 am

    La filosofía siempre estará de moda, aunque reconozco que pasa por momentos difíciles. Pero para todo hay minorías y no por ello hay que rechazarlas de plano. El otro día me tomaba un café con unas amigas y una me preguntó qué había estudiado. Cuando se lo comenté, me miraron como a un bicho raro. Quizás si en lugar de filosofía les hubiera respondido que «estetisiene» les hubiera gustado más. Pero yo como tú, Palimp, que me quiten lo bailao.

  • Magda septiembre 23, 2005en8:57 am

    A mi me sucede muchas veces, te lo cuento, que cuando voy a escribir en mi bitácora un comentario sobre un «combinado», pienso eso mismo que señalas: «no, mejor no, aunque a mi me gusta muchos dirán que está pasado de moda». Pero después, cuando pienso más detenidamente, recuerdo que la moda la rigen otros, no la literatura, y entonces me pongo contenta 🙂

  • Palimp septiembre 23, 2005en10:24 am

    Esto de las modas va como va, no hace mucho parecía que se iba a poner de moda con libros tales como ‘Más Platón y menos prozac’ y también tuvo su momento con ‘El mundo de Sofía’ -ambos los tengo pendientes-. De todas maneras siempre he tenido el ego tan grande que siempre he preferido crear moda a seguirla. 😉
    Creo que los adelantos en ciencia cognitiva deberían traer a primer plano a la filosofía, y que las enseñanzas de los filósofos clásicos nunca pasan de moda. Siempre cuento la misma anécdota, así que no voy a cambiar:
    Estaba leyendo las epístolas morales a Lucilo de Séneca y quedé para tomar unas copas con un amigo que acababa de romper con su pareja. Consumiendo sendos cubatas -los primeros de una larga noche- me comentó que se había ido dos semanas de vacaciones a Galicia para intentar recuperarse pero que cuando había vuelto estaba igual de triste. Claro, dije yo, un enfermo necesita medicinas, no cambiar de aires (CIV).
    No sé si los cubatas sirvieron de medicina, pero los consejos de Séneca demostraron su validez al cabo de dos mil años.

  • Tio Petros septiembre 23, 2005en12:26 pm

    Es una magnífica recomendación. Hace falta tomarlo con ganas, pero el disfrute está asegurado si consigues una mínima sintonía con el autor. Yo me leí en su día los «recuerdos de Sócrates» seguido de «Anábasis», la historia de Jenofonte de los griegos en su vuelta a casa en busca del mar a través del territorio persa.

    Disfrute intenso.

    PD.- ¿Es cierto que venís por Donostia en navidades?. Si es así no os atrevais a no contactar con Vailima y conmigo. Un abrazo.

  • Palimp septiembre 24, 2005en11:04 am

    La Anábasis es un libro que tengo pendiente y con ganas de leer desde hace mucho; pero nunca lo he encontrado de saldo ni en la biblioteca. Algún día caerá.

    Espero poder pasar unos días por Donostia. Hace mucho que no paso por allí y ya tengo morriña -además de muy buenos amigos a los que tengo gaans de ver-. Y una de las razones más importante es conoceros, que ya tengo ganas.

  • Pedro López Azcuénaga agosto 15, 2008en8:49 pm

    Lo que yo considero, es que el sentido real de la lectura, leyendo
    Sócrates, claro, es que se verifica todo de un modo conceptual y
    analítico.
    Yo aprecio también a autores como Platón y Alcibíades, que en su
    tiempo han estado mas que de moda, y por lo que parece no han dejado
    de estarlo hoy en día.
    A mi me parece que hay que sentarse a meditar, y leer, pero, como a
    mi me sucede, también de un modo particular, tomando unas copas de
    jerez, o bebiendo un buen té.
    Desde el punto de vista filosófico, en Sócrates hallamos al autor
    intelectual que analiza y medita, evalúa y da justo en el punto,
    teniendo en cuenta el sentido intrínseco del sujeto, dando por
    acertado que la tónica aquí, es dar a conocer, y otorgar al
    individuo mismo, una lógica a su alcance.

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