J.M. Mulet. Los productos naturales ¡Vaya timo!

marzo 13, 2013

J.M. Mullet, Los productos naturales ¡Vaya timo!

La colección ¡Vaya timo! está dejando de lado el didactismo en sus últimos títulos y alcanzando madurez y personalidad propia. En este libro se analizan los llamados productos naturales con rigor y contundencia.

Vivimos en una sociedad en que lo natural se considera equivalente a bueno. En un mundo mecanizado, alejado de la naturaleza, parecemos sentir añoranza por épocas más bucólicas, en las que comíamos lo que la madre tierra nos otorgaba, no existían los conservantes y dormíamos arrullados por los pajaritos.

La realidad, sin embargo, es muy diferente. Cito del libro:

Lo de la vuelta a la naturaleza y a la vida en el campo es un mito que, cuando se lo han apropiado determinados grupos políticos o religiosos, ha ido de lo pintoresco (los amish de Pensilvania) a lo trágico (Pol Pot en Camboya). Parte del equívoco surge de pensar que la naturaleza es algo amable que espera al hombre con los brazos abiertos para colmarle con sus bienes, cuando en realidad la naturaleza no es más que una competición por los recursos. Tratar de juzgarla con términos humanos nos induce a error, puesto que la naturaleza es la que es y pasa de nosotros, aunque los términos “humanos” feroz y despiadada serían los más apropiados.

Si continuáramos integrados en la naturaleza, como en el Paleolítico, seríamos unos 200.000 individuos los que viviríamos en la sabana y subiríamos a un árbol cada vez que se acercara un león, que acabaría por comerse a los más viejos o a los más débiles. Nuestra esperanza de vida sería de 30 años porque nos moriríamos por heridas infectadas, caries, otitis, intoxicaciones alimentarias o problemas relacionados con el parto. Las mujeres quedarían embarazadas al principio de su madurez sexual y continuaría así mientras hubiera bastante comida, lo que implicaría no menos de 10 gestaciones, para ver sobrevivir con suerte a dos o tres de sus vástagos. Que quieres que te diga; a mí no me atrae nada la vida natural. Una de las reflexiones más lúcidas que he visto sobre este tema es la película Grizzly Man, de Werner Herzog, que narra la vida y la muerte del conservacionista americano Timothy Treadwell.

Amparándose en este mito han surgido una serie de productos ecológicos que supuestamente son mejores que los que se tratan con psticidas y conservantes. Pero los estudios que se han realizado demuestran que no hay diferencia ni en términos de salud, ni siquiera de sabor (y son más caros).

Eso sin contar con que no podríamos alimentar el planeta con cultivos ecológicos, y que están más expuestos a contaminaciones por tener menos controles (recordemos el caso de la soja alemana). Y que bajo el amparo de lo natural se nos venden productos milagro y otras pseudociencias que pueden llegar a ser peligrosas:

El colmo de la paparruchada llegó cuando el 20 de agosto de 2007 dedicó 45 minutos del programa La rosa de los vientos a una entrevista con Lluís Botinas, personaje de curiosa biografía que empezó en la militancia política radical y continuó siendo un ferviente partidario de las corrientes negacionistas del sida. Actualmente es corresponsal de la revista Discovery Salud (cómo no) y presidente de la asociación Plural21. Esta asociación se vanagloria de haber conseguido financiación de la Generalitat de Catalunya para organizar un curso para ancianos con el sugerente título de “Saber vivir, saber morir”. Según él, “el cáncer, el sida o la hepatitis son inventos de la medicina que ha separado al ser humano de su entorno” y “las enfermedades no deben combatirse, sino comprenderse”. Botinas da referencias a un artículo titulado “El cáncer, un proceso biológico a nuestro servicio”, que todavía puede encontrarse en su página web. Siguiendo esta lógica tan frecuente, sus delirios no alcanzan solamente a la salud sino a toda la realidad, y por eso también está interesado en las explicaciones alternativas al 11-S y al 11-M (mira por dónde, igual que la extrema derecha). Recientemente también ha iniciado una fervorosa campaña anti transgénicos. Como apoteosis final a tanta tontería, Lluís Botinas dijo que en África la gente no se muere de sida porque no existe, que se muere de hambre (en realidad, una cosa no quita a la otra) y que esa hambre se podría vencer siguiendo sus consejos. Según Lluís Botinas, los africanos deberían “respirar mejor, tomar más el sol (puesto que nosotros, como las plantas, podemos obtener energía del sol), y consumir brotes en vez de legumbres cocinadas”. Las dos primeras premisas las considero un insulto a la gente que pasa hambre; y la tercera, una muestra de incapacidad mental acorde con lo dicho antes. En un ambiente donde, debido a la falta de higiene, proliferan enfermedades como el tifus, la medida sanitaria más elemental es hervir la comida para evitar infecciones. Quede esto como un ejemplo más de los absurdos a los que podemos llegar cuando eliminamos el sentido común y el rigor periodístico o científico de los medios de comunicación. En plan buen rollo, y entrevistado por Bruno Cardeñosa en calidad de experto en salud, Lluís Botinas pidió que el que no se muera de hambre al sol y respirando se muera de un tifus por comer verdura cruda. Después de todas estas perlas, en su programa del 20 de febrero de 2011 criticó a Internet porque permite expresarse a gente que no está humanamente capacitada para hacerlo. Si el que tiene que dar certificados de qué se puede decir y qué no es alguien como él, apañados estamos. Vamos, sería el principio de la idiocracia.

Un libro imprecindible para poner las cosas en su sitio. Lo pueden comprar en formato electrónico por menos de cinco euros: J.M. Mullet. Los productos naturales ¡Vaya timo! y pueden leer la bitácora del autor: Los productos naturales ¡vaya timo! , dónde habla de los mismos temas pero con menos pelos en la lengua.

Calificación: Muy bueno.

18 comentarios

  • Cities: Walking marzo 13, 2013en11:03 am

    Sin haber leído el libro y en base a tus comentarios sobre el mismo me da la impresión de que se están mezclando muchos temas que creo yo que no tienen mucho que ver. Estoy de acuerdo en que esa idealización de la «vuelta a lo natural» es bastante ridícula: cultivar el campo y criar animales para usarlos como alimento es una actividad tremendamente exigente que reclama atención 24/7, sin fines de semana ni festivos (sobre todo en lo tocante a los animales). Ahora bien, la referencia a la vuelta al paleolítico me parece bastante demagógica, ¿por qué la vuelta a «lo natural» tiene que significar renunciar a la tecnología que hacen los cultivos más efectivos? De acuerdo también con el engaño de los alimentos ecológicos, el control de plagas y enfermedades mediante pesticidas es claramente ventajoso pero de ahí a los monopolios tipo Monsanto, con semillas modificadas para generar semillas estériles en segunda generación y hacer que los agricultores sean clientes cautivos eternamente me parece que hay un salto muy importante. Ahora bien, si los OMG permiten crear arroz dorado de acceso libre genial. En fin tampoco puedo decir mucho más teniendo para juzgar solo con los extractos que has destacado, me da la impresión eso sí de que el tono es un poco condescendiente con todo aquello que se salga del pensamiento mayoritario (ojo, que no lo digo por el tal Lluís Botinas, que conste que sus recomendaciones y las ideas que tiene sobre el SIDA y el cáncer me perecen despreciables)

  • Mon marzo 13, 2013en11:51 am

    Estoy de acuerdo con los postulados del libro.
    Es evidente que el concepto de productos naturales es solamente marketing y poca cosa más.
    Pero creo que metemos, en el saco en general la sociedad, dos cosas diferentes uno el tema del medio ambiente que ciertamente los pesticidas aumentan la capacidad productiva pero tiene efectos nocivos generales en el ambiente por ejemplo y se tiene que buscar soluciones que tengan presente un respeto para el medio-ambiente, el otro los productos naturales como beneficiosos por si mismos.

    El medio ambiente es algo preocupante y que estamos al borde de un problema irresoluble que nos llevará a un proceso de lenta aniquilación de la humanidad; no extinción pero si una rápida reducción en los próximos 100 años; la otra la chachara de los productos naturales que ciertamente es solo humo y un enfoque de marketing bien hecho.

    Con esto quiero decir que son cosas muy distintas y a veces se salta de un tema del medio ambiente demostrado y científico con la idea de que colaborar con el medio ambiente es tomar productos naturales.

    Sld.

  • luis marzo 13, 2013en3:35 pm

    A título personal nunca me ha gustado mucho la línea editorial de los vaya timo, que mete en militancia libros que son meramente divulgativos y con los que -en algún caso- el autor parece discrepar con el título elegido por la editorial (oído en entrevista de radio promocional).

    En principio, a juzgar exclusivamente por lo leído en la reseña, me parece un cúmulo de despropósitos sobre tópicos para conseguir una exposición favorable de las tesis propias. Me gustaría saber hasta qué punto reutilizar los desechos orgánicos para generar abono (o calentar la casa) tiene alguna influencia en lo estrictos que sean los controles sanitarios que se efectúen en el producto final destinado a consumo, o, dicho de otra manera, si el problema de la ‘soja alemana’ no era un problema derivado de la búsqueda del suministro barato allá donde el control no es obligatorio y de dejadez en el control exigido en destino. La pela, vaya.

    Tampoco estaría de más saber porqué renunciar a la última tecnología disponible comercialmente en favor de la tecnología apropiada para la tarea siempre se asume desde determinados sectores como un ‘retorno a la caverna’ o de identificación con gente ciegamente opuesta al progreso (ya sea porque no tienes un smartphone o porque subes al segundo por la escalera en lugar del ascensor). Es decir, porqué un agricultor que decida plantar su huerta con simiente de variedades locales y abonarla con compost hecho con los restos de la cosecha anterior tiene que renunciar a usar un compuesto nitrogenado cuando sea necesario, un pesticida si se necesita, o a un antibiótico cuando tenga una infección, pero no, al parecer estaría moralmente obligado renunciar a todo.

    Claro que presentando como ejemplares tipo a un exaltado y a un zumbado, mal comenzamos.

    Sobre la etiqueta ‘ecológico’, ‘natural’, algunas prácticas de agricultura ecológica, y todos los urbanitas iluminados que pululan por ahí con la cabeza en el país de las piruletas también habría para un rato.

  • Palimp marzo 13, 2013en4:32 pm

    El tema tiene polémica 🙂 empezando por la definición de ‘natural’. No creo que los que consumen productos naturales quieran volver al paleolítico, pero no está de más recordar que lo natural es lo que se dice en el extracto. Que hemos avanzado gracias a la tecnología y que si queremos dejarla de lado tendrá que ser por alguna razón, no porque lo natural sea no tenerla.

    Sobre el tema de los transgénicos hay mucho que hablar, yo ya comenté un libro por aquí que criticaba a Monsanto y lo puse a bajar de un burro, y eso que a mí Monsanto, como cualquier otra multinacional, me parece criticable. Pero no porque desarrollen transgénicos, que creo que tienen encima un estigma que no se merecen. Sobre la compra de semillas, vengo de familia de agricultores y hoy en día siempre se compran las semillas, y de momento lo de las semillas estériles no está en el mercado, hasta donde yo sé.

    Coincido con que lo natural es una etiqueta de marketing que tiene poco o nada detrás, el último metaanálisis parece indicar que no hay diferencia entre los productos tratados con productos químicos y los de cultivo ecológico.

    Respecto a lo que comenta el libro reutilizar los desechos orgánicos facilita la contaminación por diferentes bacterias y por lo visto los controles no son tan estrictos (vease esta entrada: http://www.losproductosnaturales.com/2013/02/golpe-los-huevos-ecologicos.html).

    Mi padre cultiva unos tomates que están de muerte y mi tío tiene arrendada una huerta y cada vez que voy a Logroño me da unos calabacines de concurso. ‘Todo natural’ me dicen ellos, pero usan abono químico y sulfatan. Para tener el certificado de producto ecológico se tienen que cumplir unas condiciones que han impuesto los propios productores y que implican renunciar a pesticidas químicos y abonos nitrogenados. Con los problemas que se están encontrando de falta de productividad y de eficacia.

    Acabo con un apunte de una entrevista que vi en la tele; presentando una granja ecológica con los cerditos bien cuidados y alimentados y preguntando al invitado que le parecía comentó: ‘Dar a los animales comida de personas no me parece ecológico, me parece un capricho de nuevos ricos’.

  • Luis marzo 13, 2013en5:06 pm

    La idea es utilizar lo apropiado y no matar moscas a cañonazos que es lo que se ha preconizado desde la ‘green revolution’, que está sufriendo los suyo ahora que el producto es más barato que el combustible necesario para levantarlo.

    Por poner un ejemplo con respecto a lo que hablamos, el problema de la fijación del nitrógeno al suelo se puede solventar utilizando lo necesario, porque las plantas no absorben todo lo que se abona, y el tiosulfato amónico agente fijador del nitrógeno, acaba, disuelto en el agua de riego, en cualquier acuífero.

    Sobre si se abona con derivados de productos fecales, claro que es más fácil que haya contaminación por e coli, pero lavar con agua y lejía es seguro, aunque en estos días eso de abrir la bolsa y echar al plato… parece más fácil culpar a otro. De todas formas, si el control es menos riguroso, ¿de quién es el problema?

    PS: con respecto a los tomates, cualquier variedad en el suelo con el riego justo estará infinitamente mejor; los tomates insípidos suelen venir del cultivo hidropónico vertical de variedades seleccionadas para ser bonitas a la vista.

  • Luis marzo 13, 2013en5:26 pm

    Desde el día que un antepasado nuestro agarró un palo para abrirle la cabeza a un bicho que sería su comida lo natural para esta especie ha sido ir utilizando la cabeza para hacerse la vida más fácil, ahora lo natural y obligado es utilizarla, además, para mantener el medio en el que se vive.

  • Cities: Walking marzo 14, 2013en10:57 am

    El mundo no se acaba en España: en ‘Obesos y Famélicos’ Raj Patel expone el problema de deudas acumuladas por los campesinos de La India (y el alto porcentaje de suicidios) debido a las semillas estériles en segunda generación que les obliga a seguir comprando año tras año a las grandes multinacionales del sector (no diré Monsanto en esta ocasión porque hace años que lo leí y no puedo recordarlo, pero vamos, no sé si habrá otra). Respecto a usar animales como alimento, en fin, no puedo estar más en desacuerdo por mil motivos, desde los puramente éticos hasta los medioambientales, bajo rendimiento en la producción del kg de carne, desigualdades norte-sur etc. Tendríamos que pararnos a reflexionar sobre la eterna canción de ‘hay que comer de todo’ de nuestros padres y abuelos, aunque sé que es más fácil que se hiele en infierno. Para estar sano y bien nutrido no hace falta comer animales, yo llevo 7 años sin comerlos y los últimos 3 además sin tomar productos de origen animal de ningún tipo (lo que viene siendo una dieta vegana) y no tengo ningún problema de salud.

  • Palimp marzo 14, 2013en4:13 pm

    Coincido con que tenenmos que hacer que el planeta siga siendo habitable, y para eso tenemos que recurrir a cuanta herramienta tengamos a mano, incluyendo, por ejemplo, los transgénicos. No comulgo con la actitud de algunos ecologistas que, sin datos en la mano, criminalizan algunas tecnologías (otro tema es que estas tecnologías sean monopolio de unas pocas multinacionales). Vivimos en una cultura del despilfarro que me parece repugnante, pero determinadas actitudes ‘ecológicas’ me lo parecen también.

    No conozco el caso de la India, pero sí el de latinoamérica, donde las semillas transgénicas son objeto de contrabando por resultar más rentables que las tradicionales. Pero si fuera el caso la solución es investigación de transgénicos amparada por los gobiernos y sin patentes, no dejar la investigación.

    Sobre el tema animal, del que ya hemos hablado alguna vez, lamento no compartir la empatía por otras especies y no ver ningún conflicto ético en comerme un cerdo. Despilfarro energético, de acuerdo, dilema moral, ninguno. Mi mujer es vegetariana (ovolacto) y está muy sana, seguro que más que yo, pero veo difícil cambiar de actitud.

  • MeZKaL marzo 19, 2013en7:24 pm

    El tema de los suicidios en la India parece que es falso:
    http://www.losproductosnaturales.com/2012/07/impacto-economico-del-algodon.html

  • Manu marzo 29, 2013en11:32 am

    Me río bastante de los pseudocientificistas que enaltecen este tipo de soflamas. Por supuesto que siempre habrá timo hasta en el azul del cielo, siempre que haya un ojo humano que lo contemple. Pero este tipo de generalizaciones que buscan reafirmar los pensamientos de quienes andan dubitativos con este tema resulta bastante patético. Traducción simultánea: «El Veritas me vende un arroz ecológico el triple de lo que vale, mejor sigo con mi tortillita con huevos del mercadona». Ni lo uno ni lo otro. Es más fácil de lo que pensamos: ser conscientes de lo que comemos, esa es la única manera de vivir y sobrevivir Y después la gente quejándose de que no sabe por qué se pilla el cáncer.

  • Manu marzo 29, 2013en11:36 am

    Tremenda paparruchada el libro, por cierto. Tomar las palabras de un mindundis para reafirmar sus propias posturas. La extrema simplificación para intentar justificarse… ¿Y a esto llama «Muy bueno» el autor de este blog? Madre mía…

  • Palimp abril 2, 2013en12:36 pm

    Manu, sus argumentos son tan claros y brillantes que me han hecho ver la luz.

  • Berenice octubre 16, 2013en9:36 am

    Pésimo panfleto «antinaturaleza», de un pesimísimo escritor -la portada estilo Paint ya da una idea d elo que cuida el chaval su producto-. Una rápida búsqueda en internet nos revela que el hombre curra para los mamporreros de la industria química. Sin comentarios.

    EL título, por si fuera poco, es también de traca, ¿cómo van a ser un TIMO los PRODUCTOS NATURALES, peasso de figura? Para la próxima edición de 150 copias, cámbialo a «El timo de la obsesión por lo natural», por ejemplo.

    De nada, señor manipulador genético, y ahora me voy a ver cómo van los limones y calabazas de mi fantástico huerto «NATURAL» (no es coña).

  • Berenice octubre 16, 2013en9:41 am

    Muy recomendable echar un vistazo a los linkados en la web del antinatural, prácticamente tenemos al al equipo de fútbol sala Español Monsanto Rockefeller. Desprestigios varios a Josep Pamiés incluídos.

    ¡Miedito!

  • tropicultura.com abril 7, 2014en1:48 pm

    Alguno de los que han puesto los comentarios ridiculizando lo ecológico es agricultor? Alguno de vosotros ha visto un agricultor muerto por envenenamiento por pesticidas? alguno sabe de primera mano como funciona la agricultura ecológica, y porqué el uso de los fitosanitarios puede ser perjudicial para el ecosistema ( tierra, planta entorno, abejas agricultores consumidores …. etc.)
    acabo de comprar el famoso libro, y me lo voy a leer porque considero que es más enriquecedor leer opiniones contrarias a la de uno que buscar literatura que solamente no afirma en lo nuestro, pero soy muy escéptica. En las entrevistas que leí de Mulet se mezclan conceptos dispares que no tienen absolutamente ninguna conexión, lo ecológico con lo vegano con los chamanes y acupuntura. Se habla de los transgenicos sin mencionar su impacto socio económico en los países en desarrollo. No obstante lo voy a leer. pero tengo que admitir que me da mucha rabia la parcialidad y la falta de rigor en los artículos de prensa sobre esta publicación. No digo de ir a bibliotecas nacionales, pero por lo menos buscar en google algo de información sobre los temas tocados?
    Os deseo a todos una vida larga y sana, siguiendo cada uno su criterio basado en la información .

  • Palimp abril 8, 2014en11:03 am

    Soy de La Rioja, mi padre es agricultor, mi tío es agricultor y un tío camionero ahora que se ha jubilado tiene un cultivo ecológico. Yo no he visto ningún agricultor muerto por envenamiento por pesticidas, ni creo que llegue a verlo nunca.
    Mi opinión personal es que la gricultura ecológica no supone ninguna ventaja ni respecto a la salud, ni al medioambiente, y se está usando como excusa para subvencionar a la agricultura local. Me baso en lo que he leído, en los estudios que se han realizado, y en lo que veo.
    Se parte de una falacia, lo que es natural tiene que ser bueno y a partir de ahí lo demás, y no al revés.

  • escepticos? noviembre 11, 2015en6:06 pm

    Dices que los pesticidas no afectan la salud? ¡Vaya timo! ¡pues tomatelos tu!

  • Palimp noviembre 12, 2015en8:26 am

    Todos los cultivos usan pesticidas.

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