Iván Humanes. Los caníbales.

mayo 11, 2012

Iván Humanes, Los canibales
Libros del innombrable, 2011. 168 páginas.

Me costó conseguir este libro. No estaba en la mesa de novedades de la Central, y cuando lo pedí mandaron otro sobre procedimientos judiciales del antiguo egipto que ni en mis locos sueños podía imaginar que existiera.

Un libro que contiene los siguientes relatos:

Frigg
Boogie boogie
Fractal
El arcón
La sanción
El campamento Güstrow
Unida
Matemática precisa
Retomada
El segundero de oro
Una madeja
La máquina del lenguaje
Corte francés
Alianza
La revolución posible
La zona
R’lyeh
El señor McDonald
Arquitectura secreta
Q93n
King Elvis
Los caníbales

Todos comparten un ambiente oscuro, en ocasiones mundos, si no postapocalípticos, sí al margen de la realidad, con pulsiones primitivas, leyes absurdas que se acatan al pie de la letra, ojeadas a los abismos…

El relato que da título al libro, magnífico. El canibalismo aparece en otros relatos al tomar referentes de otros escritores y reutilizarlos (así en Retomada, donde la casa tomada de Cortázar vuelve a sus antiguos propietarios).

Lo mejor es que entre tanto relato bueno hay además verdaderas joyas. La sanción, por ejemplo, donde se condensa una pasión casi en el breve trayecto de un ascensor. Y siguiendo con pasión, R’lyeh porque ¿quién dice que no se puede hablar de amor y de los dioses antiguos a la vez?

Las tramas, buenas y nuevas, pero los relatos se sustentan en un lenguaje que, para los que vamos siguiendo al autor, va superándose cada nuevo libro. Aunque sea difícil de conseguir y nos arriesgamos a obtener un tratado egipcio, merece la pena el esfuerzo.

Calificación: Muy bueno.

Un día, un libro (254/365)

Extracto:
R’LYEH
Antes de pintar hay que examinar con pausa los pliegues del cuerpo de Sarah y esperar el hallazgo de cualquier signo antiguo. Es una tarea minuciosa que puede llevar horas, pero la diferencia con otros artistas está en el detalle. La búsqueda es dificultosa. Aún más si se conoce que, recientemente, el historiador Lascaurt ha reinterpretado los mitos con conclusiones más o menos probables que nos afectan. Afirmaciones como que ellos serán liberados, o que esperan desde entonces para salir a la superficie y volver a someternos, podemos considerarlas precipitadas, sólo añai en más literatura a lo consabido. Pero son varias las corrientes que se debaten dentro de la doctrina y Lascaurt hubiera instigado la herejía si se hubiera situado en otro tiempo y orden, pues su tesis pasa por el combate definitivo con los portadores de ciertos símbolos para evitar el regreso de los primeros dioses.
Para dominar el arte del cuerpo no sólo es preciso añadir pintura al objeto y decorar las zonas con exactitud, la sutileza se encuentra al comprender los elementos anatómicos como iconos concretos, designados ya por la providencia para ser convertidos en ratón, nido de pájaro o boca de lagarto. Y claro, ¿cómo decirle a ella que he estado pintando durante años, y que hasta ahora esperaba el elemento concreto y no había llegado? Ese signo que atesora tanto tiempo de sacrificio y que dispara las teorías al infinito. Decirle que ahora la suerte ha cambiado, porque ese pliegue de su cuerpo, esa terminación que conforma una letra, precisamente esa letra, podría combinarse con otras que se esconden en ella. Que el resultado del examen de dichos signos podría ser el nombre de R’lyeh.
El arte corporal es exclusivo, arrogante, intransigente. Así consta en el primer manifiesto de la disciplina escrito en los setenta en París. El body art practica el derribo de la estética y la moral. Fue el continente africano el primer lugar donde el arte en el cuerpo se aplicó sabiamente, los dibujos eran símbolos y las personas meros objetos receptores de la sabiduría. El artista se acerca al examen microscópico de la zona, pero no para llegar al epitelio y contar las células, sino para generar un macrocosmos, un mundo mayor y universal. Si fuese R’lyeh el resultado, las historias que se han leído, y que autores como H. P. Lovecraft han llevado al papel, serán reinterpretadas.
—Soy tu lienzo —dice ella cuando está preparada para el trabajo.

4 comentarios

  • IHB mayo 12, 2012en12:16 pm

    Gracias, querido. Un honor ser leído. Abrazos.

  • Palimp mayo 15, 2012en4:24 pm

    El honor es mío. Un libro muy bueno.

  • Lola mayo 27, 2012en12:59 pm

    Vas a acabar con mi sueldo…

  • Palimp junio 1, 2012en12:30 pm

    🙂

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