Hablemos de comics (II)

junio 16, 2007

Seguimos con las entradas sobre tebeos. He asaltado la biblioteca de mi barrio y he encontrado algunas cosas bastante interesantes que me gustaría compartir con ustedes.

El circo del desaliento y La tetería del oso malayo de David Rubín, del que descubro que tiene un blog:De tripas corazón. Relatos tiernos y desoladores con una estética propia. Muy buenos.

El arte, conversaciones imaginarias con mi madre de Juanjo Sáez (cuidado al visitar su página que tiene música. Tanto se ha vendido este tebeo que tenía que leerlo. Tenía miedo de encontrarme algo gafapastoso, pero es todo lo contrario. Me ha gustado mucho.

Superadas I y II de Maitena, que es lo suficientemente conocida para que no haga falta decir que me encanta.

Extramuros, aventuras del capitán Torrezno de Santiago Valenzuela, tebeo que voy leyendo a salto de mata encontrándolo aquí y allá. Tiene sus propios valedores, así que no hace falta que lo defienda.

También he estado leyendo Palomar de Beto Hernández, que me ha traído recuerdos de mis veinte años, cuando lo leía en las historias completas de El Víbora, David Boring de Clowes, Hellboy de Mignola y Batman de Miller. Y ahora voy a por más.

Juanjo Sáez, El arteRubinCircoMaitenaSuperadas1

Cuando ustedes lean esto yo estaré viajando a Logroño, cómodamente dormido en el autobús. Es lo bueno que tiene el poder programar las entradas de la bitácora.

3 comentarios

  • Vailima junio 16, 2007en10:04 am

    felices sueños.

  • sfer junio 18, 2007en11:57 am

    A mí también me gusto el de Juanjo Sáez. Más que el primero, «Viviendo del cuento», que sí que es un tanto gafapastoso… De los demás, solo he leído el primero de David Rubín, Maitena (quién no) y el David Boring de Clowes (que me dejó un tanto indiferente; prefiero de lejos Ghost World o el nuevo Ice Haven).

    Home sweet home… 🙂

  • Palimp junio 18, 2007en4:03 pm

    Gracias, Vailima.

    Coincido con el Boring que es un poco boring. Apunta también Como un guante de seda forjado en hierro.

    Ya he vuelto del hogar, con dos kilos de sobrepeso -a kilo por día-.

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