Francisco Ayala y Camilo José Cela. La piedra que se volvió palabra.

septiembre 19, 2018

Francisco Ayala y Camilo José Cela, La piedra que se volvió palabra
Alianza Editorial, 2006. 186 páginas.

Recorrido de la historia de la evolución humana con datos bastante actualizados y fiables (hasta el momento de la publicación del libro, que ya tiene unos años). Desde los primeros primates que están en el origen del género homo hasta el Neanderthal. Incluye un capítulo sobre el futuro de la evolución humana porque, al contrario de lo que puede suponerse, esta no se ha detenido, sino que se ha acelerado.

El libro es correcto en la información presentada y en el modo en el que está escrito, aunque uno echa de menos la magia del último libro que leí sobre el tema (Palabras en el tiempo). Es, no obstante, un excelente libro de divulgación.

Recomendable.

Por ejemplo, varias tribus de chimpancés utilizan ramitas de árbol para atrapar a las hormigas en sus hormigueros, pero no todas quitan las hojas de las ramas antes de usarlas. Los chimpancé; dc las montañas Mahal: en Tanzania sc despiojan entre sí adoptando primero una postura en la que los individuos pasan un brazo sobre la cabeza dcl otro hasta enlazar las manos y proceder entonces a quitarse los piojos de las axilas uno al otro. Este comportamiento es frecuente y lo practican todos los miembros de la tribu. A cien kilómetros de distancia, en la Reserva Gombe -quc tiene vegetación y otras características ambientales semejantes a las dc Mahalc-, los chimpancés se despiojan a menudo entre sí pero sin adoptar nunca la postura de los de la tribu Mahalc. En el monte Assirik de Senegal, los chimpancés quitan la corteza de las ramas que usan para extraer termitas, mientras que los chimpancés dc Gombe utilizan la corteza y desechan la rama. Unas tribus han aprendido a usar piedras para romper nueces o para machacar hojas o utilizan palos para defenderse y atacar; otras, no.
No cabe duda que algunos animales) de acuerdo con una definición amplia, manifiestan cultura y han adquirido adaptaciones a su entorno por aprendizaje o imitación. Pero, como sucede en el caso del lenguaje, tampoco cabe duda de la enorme diferencia existente entre las culturas humanas y la de los chimpancés en cuanto a su uso como adaptaciones al ambiente. No existen libros escritos por los animales, ni hay rascacielos construidos por ellos. Como ha escrito el primatólogo Frans dc Waz], preguntarse si los animales tienen cultura es como preguntarse si las gallinas pueden volar. Comparadas con un cóndor o un águila tal vez no pero, aun así, las gallinas aletean y se suben a los árboles.

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