Alejo Carpentier. El siglo de las luces.

febrero 20, 2006

Ed. Bruguera, 1980. 345 pág.

Carpentier Siglo Luces
Revolución francesa en el Caribe

Leo con asombro que a Francisco Herrera no le gusta Alejo, al que considera ‘un segundón con una fama inmerecida’. Como bien dice él, para gustos están los colores y yo me confieso admirador del escritor cubano. No hace mucho empecé un proceso de relectura de sus obras al volver a encontrarlas de saldo y sigo disfrutando de su prosa.

Carlos, Esteban y Sofia son tres jóvenes burgueses cuya vida cambiará cuando un extraordinario personaje llame a su puerta. Se trata de Victor Hugues, un personaje histórico, marsellés, que fue un cabecilla de la revolución francesa, abolió la esclavitud y venció a los ingleses en Guadalupe. Mientras Victor se dedica a hacer historia, Esteban, que le acompaña en sus periplos, se limitará a padecerla.

Sólo por ver la revolución francesa desde el Caribe ya merecería la pena leer este libro. Algunas escenas impresionan; cuando liberan a unos negros de la esclavitud y lo mal que acaban las cosas a uno le da vergüenza pertenecer a la raza humana. El contraste entre los ideales luminosos y la oscura puesta en práctica de los mismos y de como el poder desbarata la razón humana queda bien explicado en el libro. Un motivo se repite, el cuadro ‘Explosión en la catedral’;

su cuadro predilecto era una gran tela, venida de Nápoles, de autor desconocido que, contrariando todas las leyes de la plástica, era la apocalíptica inmovilización de una catástrofe. Explosión en una catedral se titulaba aquella visión de una columnata esparciéndose en el aire a pedazos –demorando un poco en perder la alineación, en flotar para caer mejor– antes de arrojar sus toneladas de piedra sobre gentes despavoridas

una alegoría de la destrucción de un sistema obsoleto pero no sin sufrimiento.

He disfrutado de su estilo y de su contenido. Espero que no sea una osadía recomendarlo.

(Un día, un libro 315/365)
Escuchando: Chicken shack. Pinetop Perkins.

56 comentarios

  • Victor enero 16, 2010en11:09 am

    Tardé mucho tiempo en decidirme a leer esta obra maestra porque cuando estaba en Salamanca en los años 80 todo el mundo hablaba de este libro y demasiado, lo lei hace 12 años y me fascino, entre otras cosas : quien habria pensado en evocar tan concrecatamente la Revolucion Francesa en las Antillas a traves de la guillotine casi presentada como personaje

  • Coletta marzo 10, 2010en10:26 pm

    El libro es una maravilla. Los personajes, la trama, la mezcla de ficción e historia perfectamente intrincadas y luego esa prosa desbordada como la vegetación de Cuba. Es triste pensar que las revoluciones que comienzan con ideales de igualdad y libertad acaben sojuzgadas a la naturaleza humana (Victor es el principal representante del chaquetero autoconvencido). Dice Alejo Carpentier que acabó este libro el año de la Revolución Cubana… ¿qué pensaría viendo lo que ocurría en su querida isla? El siempre fue «revolucionario» pero desde París, donde vivía… ¿No vería el paralelismo entre lo que él contó y lo que sucedió años más tarde? Lo dicho… la naturaleza humama.

    Me fascina Sofía, al fin, el personaje más entero.

    No he leído más de Carpentier pero pienso hacerlo.

    Gracias por tu crítica y un saludo.

  • Palimp marzo 11, 2010en1:24 pm

    Gracias a ti por el comentario. Carpentier tiene muchas obras memorables.

  • Davide junio 13, 2010en8:51 am

    Lei por primera vez «El siglo….» en mi anos del preuniversitario en La Habana y me gusto muchismo.
    Acabo de re-leerlo, y ahora, casi 25 anos despues y en el extranjero, lo he disfrutado muchisimo mas: ha sido practicamente una revelacion para mi. Revoluciones, utopias, ideales traicionados, etc., etc. Como para sacar muchas conclusiones.

  • Palimp junio 14, 2010en6:46 pm

    Sí, el mensaje que transmite es intemporal.

  • Diego julio 7, 2010en11:38 am

    Soy cubano, de 42 anos,y no vivo en Cuba desde hace 3 anos. Acabo de releer «El Siglo….»
    Creo el siguiente fragmento (frase de Esteban, al final) no puede dejar sin pensar a ningun cubano:
    «Esta vez la Revolucion ha fracasado. Acaso la proxima sea la buena. Pero, para agarrarme cuando estalle, tendran que bucarme con linternas al mediodia. Cuidemonos de las palabras hermosas; de los mundos mejores creados por las palabras»

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