Thomas Cathcart y Daniel Klein. Platón y un ornitorrinco entran en un bar.
Ensayo / marzo 29, 2013

Planeta, 2008. 220 páginas. Tit. Or. Plato and a platypus walk into a bar… Trad. Núria Pujol Valls. Este libro ilustra la idea de que se pueden explicar conceptos en apariencia difíciles de una manera sencilla. Da un repaso a toda la filosofía, nos cuenta de qué va cada cosa, y lo ilustra con una selección de chistes. No siempre son iluminadores, pero casi siempre son graciosos. La mejor reseña en este caso es una selección comentada. Por ejemplo, sobre la falsación de Popper: Falsación Paciente: Esta noche he soñado que tenía a Jennifer López y a Angelina Jolie en la cama, y que nos pasábamos la noche haciendo el amor. Loquero: Es evidente que siente usted un profundo deseo de acostarse con su madre. Paciente: ¿Cómo? Pero ¡si ninguna de esas mujeres se parece ni remotamente a mi madre! Loquero: ¡Aja! ¡Un mecanismo de defensa! Es evidente que está usted reprimiendo sus verdaderos deseos. La anécdota anterior no es ningún chiste, es el modo en que razonan algunos freudianos. Y el problema de su razonamiento es que no existe un conjunto de circunstancias reales que puedan falsar su teoría edípica. En su crítica a la lógica inductiva, el filósofo…

Ingo Schulze. 33 momentos de felicidad.
Cuentos / marzo 27, 2013

Destino, 2001. 336 páginas. Tit. Or. 33 augenblicke des Glücks. Trad. Belén Santana. Un libro sorpresa, diferente y original, hasta el punto de que en muchas ocasiones no me he enterado de lo que estaba leyendo. La premisa y excusa es una carpeta encontrada en un tren con 33 historias que son las que componen el libro, supuestamente unidas por tener un momento de felicidad y por situarse en San Petersburgo. Las historias van de lo crudo a lo surrealista, a veces todo junto, en ocasiones encuadrando el contesto, otras mostrando un fragmento casi poético pero poco inteligible (para un gañán como yo). Sin título se identifican por la primera frase. Así en el relato que comienza con En Rusia, lo único que puede hacer uno es marcharse… tras las innumerables quejas del protagonista la historia acaba fuera de madre con una escena de amor fraternal y multitudinario. La historia de Irina y Anatoli, aparentemente anodina, desvela una crueldad decarnada y violenta. En ¿Ha visto? ¡Mal asunto! se narra en un puñado de páginas un suceso de novela negra a ritmo trepidante con prosa de altura. Y en la historia de Antonina Antónovna sus hijas tienen la suerte de encontrar…

China Mieville. El rey rata.
Ci-Fi / marzo 25, 2013

La factoria de ideas, 2008. 314 páginas. Tit. Or. King rat. Trad. María Xoubanova Vázquez. De Mieville sólo he escuchado cosas buenas, las reseñas de este libro que he leído por ahí lo ponen bien (El rey rata) e incluso apareció en La tormenta: El rey rata. Personalmente me ha decepcionado un poco, pero valga la disculpa de que es su primera novela. Versión del flautista de Hamelin en clave oscura, nos presenta a un joven hijo del Rey de las ratas y una humana, lo que lo hace invulnerable a los poderes del flautista. En un Londres subterráneo y a ritmo de jungle el enfrentamiento entre los dos enemigos tiene un final incierto. La ambientación es excelente, pero la historia me ha parecido bastante floja y sin mucho interés. La calidad es superior a la media de lo habitual en el género, pero me aburrió. Le daré otra oportunidad, pero no puedo recomendarlo. Calificación: Regular. Extracto: Una vez, cuando tenía tres años, Saúl iba sentado a hombros de su padre, de vuelta del parque. Pasaron delante de un grupo de obreros que estaban arreglando la carretera. Saúl enredaba sus manos en el pelo de su padre, se echó hacia…

Blocs i Llibres a Barcelona / Bitácoras y Libros en Barcelona (XIV)
Noticias / marzo 23, 2013

Mientras intento preparar el próximo encuentro les dejo aquí programado (ahora mismo estoy viaje a Logroño, patria querida) los textos de la última Bitácoras y Libros. La pregunta era: ¿Qué reencuentro te gustaría tener? o ¿A qué sitio o situación te gustaría regresar? Y aquí lo que se dijo: Cuando regresé, mis amigos también estaban allí… y pidieron otra ronda. Esto no es un cuento, es una reflexión. Hay amigos que cuando te los encuentras tras soltar las cuatro frases de costumbre, como te va, estás igual -aunque es mentira- te quedas sin conversación y tras alguna sonrisa incómoda te despides con eso de ‘tenemos que quedar’ que los dos sabéis que nunca va a pasar. Con otros, sin embargo, pasa aquello de ‘como decíamos ayer’ y aunque hayan pasado diez años te pones a hablar como si nunca hubieras dejado de verte. También te despides con eso de ‘tenemos que quedar’, y tampoco pasará, pero en vez de alivio te da pena, y lo único que te consuela es que cuando el azar os vuelva a juntar al cabo de otros diez años, os pondréis a hablar como si el tiempo no hubiera pasado. La palabra “REGRESO” en hebreo…