Matías Candeira. La soledad de los ventrílocuos. Epílogo.
Cuentos / abril 25, 2007

Si piensan que este especial es una especie de colegueo, una sesión de pomada a un amigo, se equivocan. No me gustan los cuentos de Candeira porque sea amigo suyo; he llegado a ser amigo suyo gracias a mi admiración por sus cuentos. Considérenme una groupie. Aunque sus narraciones puedan considerarse una mezcla de Carver y Cortázar el resultado es totalmente original, en un terreno en el que era difícil hacer algo nuevo. Para conseguir esos ambientes cotidianos pero surrealistas Candeira presta una especial atención al lenguaje. Como está de moda decir, se arriesga -y gana. Por suerte para él, pero sobre todo para nosotros. Tampoco es fácil meter lirismo sin caer en la cursilería, y también aquí acierta de pleno (como lo hacen Pàmies y Tizón). Nunca me ha gustado puntuar los libros. No hay un barómetro -ni siquiera personal- que nos permita asignar una nota fija e inmutable a un texto. Pero sí que hay preferencias, y así como La soledad de los ventrílocuos está dividida en tres partes, propongo mi particular selección: Los geniales Un agujero en mitad de mi mujer La soledad de los ventrílocuos El hombre en el barreño Subsuelo Los buenos Cuando se muere…