Matías Candeira. La soledad de los ventrílocuos. (I)
Cuentos / abril 22, 2007

Cuando se muere la nevera Un día va la nevera y se muere, en un gesto incomprensible. Ahora es por la mañana, muy temprano, y la familia en pleno -los dos hermanos, los padres, hasta el gato marrón- observa cómo se desliza esa enorme hemorragia de agua color violeta por toda la cocina, o, posada en el mango plateado, esa manada armónica de moscas que a cada poco se mueve, aletea, esperando su turno. Este cuento ha aparecido -y muy bien acompañado- en el libro Parábola de los talentos, por desgracia no muy fácil de encontrar -los habituales problemas de la distribución en este país-, aunque parece que se puede conseguir en la casa del libro. Una familia asiste impotente a la muerte de la nevera, y todavía anonadada deberá acompañarla hasta el lugar de su último reposo. No son los únicos que tienen que dar el triste adios a los objetos queridos. Un agujero en mitad de mi mujer Fragmentos en proceso de revisión ¿Qué hacer si cerca del ombligo de tu mujer aparece un agujero que se dedica a cantar boleros? ¿Si ella ha comprado un muñeco de un niño burundés? Si en el realismo mágico se introducían…