Aristófanes. Lisístrata.
Teatro / mayo 30, 2005

Institut del Teatre. Biblioteca Teatral, 1988. 73 páginas. Trad. Cristián Carandell. 10 personajes. 6 hombres y 4 mujeres. Coro femenino y masculino. El arma definitiva Me imagino a Aristófanes como un viejo reaccionario y algo cascarrabias. Conservador y un poco demagogo era sin embargo un pacifista acérrimo; varias de sus obras son una apología de la paz. Si muchas de sus escenas son realmente graciosas, en otras recurre a un humor escatológico y de ‘sal gruesa’ (humor sólo entendible si se lee bien el griego -que no es mi caso-, o se disponen de buenas ediciones anotadas). Me gusta Aristófanes y le tengo cariño; el volumen anotado de sus obrascompletas que encontré en una librería de viejo es uno de los pocos libros que se quemaron en el incendio de mi biblioteca al que sigo echando de menos. Fragmentos de sus obras, junto con algunas de Catulo (‘pedicabo ego uos et irrumabo’) me han servido para ilustrar que la liberalidad en el lenguaje no son privativas del siglo XX. ‘Lisístrata’ es una de las mejores obras de teatro de todos los tiempos, y el más divertido y original alegato contra la guerra que pueda leerse. Para conseguir la paz, Lisístrata…